Ese rechazo se debió a que la reorganización de la Nueva España era un proceso necesario para darle a la Corona todo su control, pero a mediano plazo llevó en cierta forma a que para la década de los 1810's se produjese y se apoyase al proceso de independencia, debido a que ya existían las ideas de que el "Reino de México" fuese "independiente" aunque conservándose como parte del Imperio Español... idea que obviamente no aceptaría la Corona.
Así todo, los brotes con indios siguieron en las décadas siguientes y la región no fue apaciguada hasta finales del siglo XVII.
[4] Pocas semanas más adelante, sin embargo, Arredondo mismo infligió una derrota decisiva a los insurrectos, ahora bajo comando de Álvarez de Toledo, que había reemplazado a Sara.
En el noroeste los únicos apuros que se encontrarán eran las hostilidades generalizadas con los indios, pero hacia el este la revolución había asumido otra vez proporciones alarmantes.
[4] Nueva Vizcaya no estuvo enteramente intacta por la guerra, y algunos débiles esfuerzos locales fueron hechos por los fervientes patriotas.
Chihuahua tenía sus incursiones de Apache a combatir, y Durango habiendo sufrido en 1820 una breve rebelión de Opatas, que fue calmada sin ninguna matanza seria.
La visita del explorador, Zebulon Pike, y el restablecimiento momentáneo de los Jesuitas, en 1819, causaron un entusiasmo temporal.
Aunque la constitución fue suspendida poco después por el Virrey, Nueva Vizcaya se las arregló para elegir a un representante a las cortes, hasta su renacimiento, en 1820, con tal que también establecieron una asamblea y delegaciones provinciales.
Negrete finalmente plantó una batería contra un punto vulnerable, y el 30 de agosto ganó una ventaja decisiva.
Para estas fechas la defección había asistido a minar el celo de los realistas.