Sin embargo, se toparon con una serie de derrotas humillantes a manos del emperador.
Con sus conquistas, varios gobiernos absolutistas fueron extintos y las ideas de la revolución francesa se diseminaron por Europa.
Mantuvo un gobierno constitucional, que reservaba un inmenso poder político a la figura del emperador, inspirado en su popularidad y su estrecha relación con el ejército.
[4] Habían pasado diez años del inicio de la Revolución francesa, pero Francia seguía sin conseguir la estabilidad política, económica y social deseada.
Por la otra, la burguesía, clase social que había liderado la Revolución francesa, veía sus negocios sucumbir en función de las constantes crisis económicas y políticas.
Napoleón procuró restablecer el orden interno, reorganizar la administración pública y reducir la inflación.
En 1803, el Reino Unido se alió con Rusia y Austria para combatir a la Francia de Napoleón Bonaparte.
Tras este contratiempo, Napoleón abandonó (aunque no olvidó) sus planes para invadir las islas británicas, y volcó su atención a sus enemigos en el continente.
Con una poderosa fuerza naval y una economía desarrollada, resistía a los ataques de Napoleón Bonaparte.
Con esa medida, Napoleón Bonaparte esperaba derrumbar la economía británica para derrotarla luego militarmente.
Napoleón entonces tomó rumbo norte para enfrentarse a los restos del ejército ruso e intentar capturar la nueva capital prusiana de Königsberg.
[5] El país fue ocupado sin dificultades, pero la familia real portuguesa escapó a sus posesiones en América (Brasil) escoltada por navíos británicos.
Los franceses, sin embargo, no permanecieron mucho tiempo en Portugal debido a los continuos ataques anglo-portugueses.
Este conflicto supuso un gran desgaste humano (se ha estimado en 300 000 bajas) y económico para Francia.
Además de las repercusiones en Europa, la invasión napoleónica en la península ibérica tendría importantes consecuencias en la América colonial.
Ante esta situación Napoleón prefirió entonces vender la colonia a los estadounidenses que correr el riesgo de perderla ante los británicos.
[cita requerida] En el plano externo, Francia no conseguía vencer a la resistencia de los británicos, que frecuentemente encabezaban coaliciones militares formadas con otros países adversarios como Austria y Rusia para derrotar al Imperio francés.
Finalmente, sus anteriores pérdidas en Rusia y Alemania así como el número abrumador de efectivos coaligados fueron demasiado grandes como para ser remediados en esta última etapa, y los aliados terminaron ocupando París, lo cual aunado a la traición de los mariscales forzó al Emperador a abdicar.
La derrota del ejército napoleónico fortaleció a al Reino Unido y sus aliados.
La coalición liderada por el Reino Unido ocuparía Francia, restableciendo la monarquía de los Borbones y colocarían en el trono a Luis XVIII de Francia, hermano del rey depuesto y guillotinado: Luis XVI, en 1793 durante la Revolución francesa.
El tratado le dio a Francia sus fronteras de 1792, que se extendían al este del Rin.
Al regresar, los exiliados quisieron recuperar sus antiguos derechos y bienes, lo que generó gran insatisfacción popular.
A medida que se trasladaba hacia París, fue recabando apoyos por donde pasaba, y finalmente derrocó al recién restaurado Luis XVIII sin haber disparado un solo tiro, siendo llevado en hombros hasta el palacio de las Tullerías por la multitud enardecida.
Muchos veteranos acudieron a su llamada, comenzando de nuevo el enfrentamiento contra los aliados.
Napoleón Bonaparte fue definitivamente vencido por el general británico Wellington en la batalla de Waterloo, en Bélgica, en junio de 1815, y abdicó en su hijo, Francisco Carlos José Bonaparte, proclamando a este como Napoleón II.
[8] El bonapartismo, es decir, una dictadura plebiscitaria que sólo admitía a ciertos grupos asesores carentes de verdaderas atribuciones jurisdiccionales, desarrolló una actividad reformista intensísima, que excluía a los rivales políticos realmente poderosos.
Solo los productos primarios como la minería, la agricultura y la ganadería se podían exportar a Francia.
Por último, con una reforma agraria el estado francés se apropió de grandes extensiones de tierras, para luego venderlas y aumentar así sus riquezas, pero esto perjudicó a los países a los que le pertenecían estos territorios.
Si Francia heredó de la época napoleónica progresos significativos en administración, no consiguió en este período un importante éxito económico.
Las guerras del Imperio agravaron la debilidad demográfica y su financiamiento enrareció los capitales, a pesar de que los mandos militares estimularon ciertas industrias.