Su corta pero inmensamente influyente carrera como directora, abordando temas de mujeres atrapadas en convenciones sociales, generalmente bajo coberturas melodramáticas o de cine negro, es un ejemplo pionero del cine protofeminista.
[7] Ida escribió su primera obra a los siete años y viajó con una compañía de teatro ambulante cuando era niña.
[10] Quería ser escritora, pero, para complacer a su padre, se matriculó en la Royal Academy of Dramatic Art.
[11] Lupino hizo su primera aparición cinematográfica en The Love Race (1931) y al año siguiente, a los 14 años, trabajó con el director Allan Dwan en Her First Affaire, un papel para el que su madre se había presentado previamente.
[14] Estuvo algunos años interpretando pequeños papeles: pero entre 1930 y 1941 trabajó con grandes directores, como Henry Hathaway, Lewis Milestone, Rouben Mamoulian, William A. Wellman, Charles Vidor, Raoul Walsh, Michael Curtiz y Anatole Litvak.
[cita requerida] Y es que, tras su interpretación en The Light That Failed (1939), Lupino fue tomada seriamente como una actriz dramática siendo un papel que adquirió después de entrar en la oficina del director sin previo aviso, exigiendo una audición.
En 1946 hizo El hombre que amo, de Walsh, por tercera vez, en un valioso drama recuperado recientemente.
[15] Su actuación en The Hard Way (1943) ganó el New York Film Critics Circle Award a Mejor Actriz.
[16] Aunque en demanda durante la década de 1940, podría decirse que nunca se convirtió en una estrella importante, aunque a menudo tenía la máxima facturación en sus películas, por encima de actores como Humphrey Bogart, y fue repetidamente elogiada por su estilo realista y directo.
[17] En 1942, rechazó una oferta para protagonizar con Ronald Reagan la película Kings Row, e inmediatamente fue suspendida en el estudio.
En 1947, Lupino dejó Warner Brothers para convertirse en una actriz freelance, apareciendo para 20th Century Fox como cantante de discoteca en el cine negro Road House, interpretando sus números musicales en la película.
[20] La misión de The Filmakers era hacer películas socialmente conscientes, fomentar nuevos talentos y aportar realismo a la pantalla.
[22] En pocas palabras, imágenes de bajo presupuesto, exploraron temas virtualmente tabú[22] como la violación en Outrage (1950) y The Bigamist (1953).
Lupino intervino para terminar la película sin tomar el crédito del director por respeto a Clifton.
[20] Después siguió dirigiendo sus propios proyectos, convirtiéndose en la única mujer directora cinematográfica en el Hollywood de la época.
[8][25] Never Fear (1949), una película sobre la polio (que había experimentado personalmente a los 16 años), fue su primer mérito como directora.
[cita requerida] Lupino una vez se llamó a sí misma «bulldozer» para asegurar la financiación de su compañía de producción, pero se refirió a sí misma como «madre» mientras estaba en el set.
Muir, The Rifleman, Batman, Sam Benedict, Bonanza, Los Intocables, El fugitivo, Bewitched y Los ángeles de Charlie.
Describió su trabajo independiente como «películas que tenían significado social y sin embargo eran entretenimiento… basadas en historias reales, cosas que el público podía entender porque habían sucedido o tenían valor informativo».
El protagonista está casado con una mujer (Joan Fontaine) que, sin poder tener hijos, ha dedicado su energía a su carrera.
En Never Fear, Lupino dijo: «La gente está cansada de tener la lona puesta sobre sus ojos.
Pagan mucho dinero por sus entradas para el teatro y quieren algo a cambio.
Las historias que contó en Outrage, Never Fear, Hard, Fast and Beautiful, The Bigamist y The Hitch-Hiker eran íntimas, siempre enmarcadas en un entorno social preciso: quería hacer fotos con gente pobre y desconcertada porque eso somos.
[43] La enfermedad afectó gravemente su capacidad para trabajar, y su contrato con Paramount se vino abajo poco después de su diagnóstico.
[44] Se recuperó y finalmente dirigió, produjo y escribió muchas películas, incluyendo una película basada en sus problemas con la polio titulada Never Fear en 1949, la primera película que se le atribuyó como directora (aunque antes había intervenido para un director enfermo en Not Wanted y rechazando llevarse el crédito como directora por respeto a su compañero).
Su experiencia con la enfermedad le dio el valor de centrarse en sus capacidades intelectuales más que en su apariencia física.
[49] Sus memorias, Ida Lupino: Beyond the Camera, fueron editadas después de su muerte y publicadas por Mary Ann Anderson.
[11] La autora Ally Acker compara a Lupino con la pionera directora de cine mudo Lois Weber por su enfoque en temas controvertidos y socialmente relevantes.
[52] Lupino no se consideraba feminista, diciendo: «Tenía que hacer algo para llenar mi tiempo entre contratos.
La actriz Bea Arthur, conocida por su trabajo en Maude y The Golden Girls, fue motivada a escapar de su asfixiante ciudad natal siguiendo los pasos de Lupino y convirtiéndose en actriz, diciendo: «Mi sueño era convertirme en una pequeña estrella de cine rubia como Ida Lupino y esas otras mujeres que vi en la pantalla durante la Gran Depresión».