Historia del anime

Aunque muchas siguieron en activo en las últimas décadas del siglo XX, y siguen al principio del siglo XXI, una serie de directores y creadores de historias han alcanzado renombre propio en este género, bien por obras de gran fama, como Katsuhiro Ōtomo con ("Akira"), Akira Toriyama con Dragon Ball, o Masashi Kishimoto con Naruto, como por sus largas y premiadas trayectorias como Hayao Miyazaki con Mi vecino Totoro, o como Rumiko Takahashi con Inuyasha o Ranma 1/2, entre otros.

En el plano internacional, en 1907, aparece la primera película de animación, Humorous Phases of funny face, del productor estadounidense James Stuart Blackton.

Kitayama tampoco era un experto en la animación, pero a base de pruebas y errores, consiguió terminar Saru Kani Gassen —literalmente "La batalla del mono y el cangrejo"—, basada en el cuento popular japonés Saru Kani Gassen, que fue estrenada en mayo de 1917.

En 1925 realizó Ubasute yama —literalmente "La montaña donde se abandona a los viejos"—, que tiene como tema el respeto y cuidado de los ancianos.

Su primera película fue Bagudajo no tozoku —literalmente "El ladrón del castillo de Baguda", 1926—.

Autodidacta de la materia, Murata escogió una popular historia infantil para su primera realización, Saru Kani Gassen.

La empresa Yokohama Cinema Shokai se adelantó a sus competidores al comprar una nueva cámara de motor automático que no requería mover una manivela, lo cual permitía acelerar el trabajo.

Terminada la guerra, Seo realizó en 1947 Ōsama no shippo —literalmente La cola del rey—, vagamente inspirada en el famoso cuento de Hans Christian Andersen El traje nuevo del emperador, pero la película no se llegó a estrenar.

Al año siguiente utilizó el amplio terreno del jardín de su casa para construir unos estudios mayores, aumentando su equipo a 23 personas.

A continuación estrenó Otogi no sekai ryoko —literalmente Viaje alrededor del mundo, 1962—, compuesta por cinco partes, la tercera de los cuales, Tatsumaki ni sukareta akai shatsu —literalmente La camisa roja que se llevó el ciclón—, tiene el interés adicional de remitirse al estilo del ukiyo-e.

Yokoyama termina así su labor pero contribuyó a la formación de nuevos técnicos del género.

Kawamoto consiguió varios premios en festivales internacionales, por lo que dio su nombre a conocer en el extranjero.

Tadanari Okamoto, que aprendió también la técnica de Mochinaga, se independizó para formar la Eko sha, dedicada al público infantil.

Hiroshi Okawa, presidente de la productora, se fijó en sus viajes al extranjero en el cine de dibujos animados estadounidense, y decidió poner los medios necesarios para el crecimiento en calidad del género en Japón hasta hacerlo exportable y competitivo.

Okawa, tras estudiar la situación del género en Japón, decidió comprar la compañía Nichido Eiga de Sanae Yamamoto, pasando éste y sus 23 empleados a formar parte de Toei, que crea la subdivisión Toei Doga.

Otros títulos representativos de Toei Doga fueron Wan wan chushingura —literalmente Rock el valiente, 1963, Daisaku Shirakawa—, Nagagutsu o haita neko —El Gato con Botas, 1969, Kimio Yabuki—, Dōbutsu takarajima —La isla del tesoro, 1971, Hiroshi Ikeda y Yasuji Mori— y Tatsu no ko Tarô —Taro, el hijo del dragón, 1979, Kirio Urayama—.

Era un estudiante de medicina que se vio obligado a trabajar en las fábricas durante la guerra.

Estas obras de Mushi Production para televisión consiguieron exportarse a Estados Unidos, donde Tetsuwan Atomu fue rebautizada como Astroboy y Janguru Taitei como Kimba, El León Blanco, nombres con que más tarde saltarían a Europa.

Cualquier género era susceptible de ser usado: deportes, fantasía, aventuras, series para chicos y para chicas... Al igual que Astroboy, muchas de estas series se emitieron en el extranjero.

De éstas, la más popular fue Galaxy Express 999, cuyas adaptaciones para el cine, realizadas por Rintaro, comenzaron a estrenarse en 1979.

Se trata de producciones lanzadas directamente al ámbito doméstico, sin haber sido emitida previamente por televisión o estrenada en cines.

Gunbuster, Otaku no Video, Bubblegum Crisis, Legend of the Galactic Heroes, FLCL, Tenchi Muyō!

Con el estreno en 1995 de Neon Genesis Evangelion, obra que mezcla el mecha, subgénero de la ciencia ficción con una trama psicológica, provocó un salto hacia series televisivas orientadas a un público más adulto, con personajes y tramas complejas, testigo tomado por obras como Cowboy Bebop, Trigun o Serial Experiments Lain.

Temática que se ha expandido a otras artes como el caso de la gastronomía (Shokugeki no Sōma), pintura (Arte), teatro (Shōjo Kageki Revue Starlight, A3!, Stella of the Theater: World Dai Star), historietas o mangas (Bakuman), animación (Shirobako) y también hacía tradiciones japonesas como la interpretación del koto (Kono Oto Tomare!

También se vive un regreso del género del mecha con animes como Full Metal Panic!, Eureka Seven, Gurren Lagann, Code Geass, Darling in the Franxx o Mobile Suit Gundam: The Witch from Mercury, además de otros animes relacionados con la ciencia ficción como Psycho-Pass, Steins;Gate, Parasyte o Vivy: Fluorite Eye’s Song.

El género nekketsu con los denominados "tres grandes": Naruto, One Piece y Bleach,[2]​ logran gran popularidad internacional, esto adicionado al regreso de Dragon Ball con la saga Dragon Ball Super y a la adaptación al anime del clásico manga JoJo's Bizarre Adventure, testigo tomado por series de anime como Black Clover, Jujutsu Kaisen, My Hero Academia, Chainsaw Man y parodiado en otras como Gintama o One Punch-Man.

Gracias al ritmo rápido que le insufló Miyazaki y a unos gags basados sobre todo en la acción, resultó una obra altamente reconocida.

Tras trabajar un tiempo para la televisión, Oshii llamó pronto la atención por su serie Urusei Yatsura, así como por la muy posterior Patlabor.

Katsuhiro Ōtomo (1954) alcanzó fama internacional gracias a Akira (1988), basado en un manga homónimo de creación propia, tras el cual viene la película Memories (1995), codirigida con Kōji Morimoto y Tensai Okamura.

Sobrepasando todas las expectativas, la recaudación rebasa los diez mil millones de yenes, superando incluso a la norteamericana E.T., el extraterrestre.

Fotograma de Katsudō Shashin (1907), la primera manifestación de la animación nipona.
El corto Katsudō Shashin (1907), la primera manifestación del anime nipón.
Único fragmento que se conserva de Saru Kani Gassen (1917)
Objeto de la película de 1917 Hanawa Hekonai, Meitō no maki
Fotograma de la película de 1933 Chikara to onna no yo no naka , la primera película de animación japonesa sonora.
Momotarō, dios de las olas , el primer largometraje de anime con audio realizado en 1943.
Fotograma de Saikaku Ichidai Onna (1952) en el que se ve una de estas marionetas del bunraku .
Kihachirō Kawamoto en 2006 junto a una marioneta del género.
Isao Takahata en 2014.
Takahata y Miyazaki , ambos empleados de Toei, abandonaron el estudio para fundar el suyo propio, Studio Ghibli .
La primera serie de televisión de la animación nipona fue Astroboy .
Las series de robots gigantes consagraron un género propio, el mecha .
Series como Dragon Ball , Los Caballeros del Zodíaco o Sailor Moon tuvieron un gran éxito en lugares de todo el mundo.
La serie Neon Genesis Evangelion , con su trama psicológica y filosófica, redefinirían el género mecha.
Los aficionados de la animación nipona, conocidos como otakus , han tenido una enorme repercusión en la expansión de la misma.
Imagen de un cuaderno como el utilizado en el anime Death Note
Edificio del estudio 1 de Kyoto Animation , luego del ataque incendiario ocurrido el 18 de julio de 2019
Mamoru Hosoda , uno de los directores de películas de anime más destacados a inicios del siglo XXI .