[2] Ya al Calcolítico se adjudican la mayoría de las hachas pulimentadas que se han encontrado en numerosos sitios del término municipal, y que demuestran la presencia humana en esta etapa.
En el citado cerro del Cohete se han encontrado, además, algunos fragmentos de cerámicas incisas, pintadas y no decoradas, fabricadas a mano que, culturalmente, pertenecen a la Edad del Bronce en su fase media y final.
Según Casas-Deza, Hinojosa del Duque está situada en parte de la región que los romanos llamaron “Idias”.
De igual modo, aparecieron en la localidad sendas lápidas donde se hace mención a Baedro, ciudad que los estudios más recientes tienden a situar en El Viso de Los Pedroches.
En el cerro del Cohete se han encontrado lápidas tardorromanas mientras que en el cerro del Molinillo se encontró una cabeza de caballo fundida en plomo.
A la zona de Hinojosa del Duque, por su riqueza en bellotas (que tenían gran fama entre los musulmanes por su calidad) se la denominaba Fohs-al-Bolut y Fahs-al-Bolut, que significa en árabe “Llano de las Bellotas”.
Según algunos autores (Ebn Alkhatib, Abu-Bakero, Masdeu y fray Juan Ruíz), parece que en el territorio de Hinojosa del Duque existió una de esas taifas entre los años 1011 y 1106, sucediéndose en su gobierno cinco reyes (Hodail I, Abdalmelic I, Hodail II, Abdalmelic II y Yahya), siendo la penúltima taifa que fue incorporada al imperio de los almorávides.
Tampoco las huestes carlistas del caudillo Gómez intentaron entrar en la población, pese a realizarlo en las vecinas, quizás debido a las oportunas medidas de autoprotección acordadas por el cabildo municipal.
Entre los años 1890 y 1902, se derriban las cinco puertas que existían de entrada en la villa; San Sebastián, la Caridad, Belalcázar, San Gregorio y Torrecilla, todas ellas de estilo plateresco.
Señalar que en el año 1581 ya existían tres de estas puertas.
Esta ciudad ha brillado durante siglos por su gran riqueza agrícola y ganadera.
Se encuentra dentro de una zona altamente valorada por su ganadería y cinegética (abundan la caza menor de la liebre, conejo, perdiz, paloma torcaz, codorniz, zorzal y tordo), alcanzando especial significación su dedicación cerealista sin olvidar el cultivo del olivar, molturándose toda la producción aceitera de la localidad en la S.C.A.
Hay que destacar la importancia de la vertiente pecuaria del sector agrario, referente al ovino, vacuno y porcino, ubicado en sus Sociedades Cooperativas.
La producción alfarera, heredada de los árabes tuvo su apogeo en las piezas que realizaban sus artesanos.
Está cuartelado por una estrecha (cruz disminuida) de oro cosida con la filiera del mismo metal que perfila todo el blasón.
Hernán Ruiz, el Viejo, comenzó la obra de su magnífica portada, bellísima muestra del plateresco.
La torre, esbelta y majestuosa está compuesta de un primer cuerpo gótico.
Lo más hermoso y monumental de esta ermita es su preciosa ábside, que se contempla desde el exterior.
Este ermita es citada por el rey Alfonso XI, a principios del siglo XIV, en su "Libro de Monterías".
Su origen está vinculado a la existencia de una antigua aldea situada en la zona conocida como “la gutierra”.
Posteriormente, en 1890 se instalaron en su antiguo convento los Padres Carmelitas, quienes introdujeron en él múltiples reformas a través de los años.
Su iglesia modernamente regia es obra del siglo XVI reconstruyéndose finalizada la guerra civil española 1936-1939.
Está situada en el paraje conocido como “Los Almadenes”, rodeada de excavaciones mineras antiquísimas.
En sus proximidades, existen vestigios de época romana y posterior, habiéndose descubierto sepulturas en sus inmediaciones.
A principios del siglo XXI fue restaurada por la "Escuela-Taller Las Ermitas de Hinojosa".
Aparte de estas fiestas mayores y a lo largo del año, se celebran, organizadas por Hermandades, las Romerías: Al finalizar la procesión comienza la tradicional velada amenizada por distintos grupos musicales.
Y durante toda la noche gran cantidad de personas permanecen en el interior del Santuario "velando" a la Virgen.
Tradicional es en este día el uso del traje típico hinojoseño, costumbre que se está perdiendo en los últimos años.
Nada más echar un vistazo a la cocina hinojoseña nos damos cuenta de tres cosas: la extraordinaria abundancia de sus elementos, la desbordante imaginación en su tratamiento y la directa relación entre tipismos gastronómicos y fiestas religiosas.
También es de señalar a poetas locales actuales como: Sabina Tamaral[28] y Juan Cano Cabanillas;[29] o hijos de descendientes hinojoseños como el reciente ganador del premio Adonais 2001 José Antonio Gómez-Coronado Vinuesa.