En este punto continúa por el valle del río Cadagua hasta finalizar en la estación de Bilbao-Concordia.
El servicio de viajeros se realiza en unas 3 horas, efectuando 31 paradas intermedias.
[nota 1][3] En consecuencia, no era de extrañar que la línea tuviera un gran éxito.
El recorrido de Santander a Solares tenía paradas en las siguientes estaciones: Santander, Nueva Montaña, Maliaño, El Astillero, San Salvador, Heras, Orejo y Solares.
Todo esto hacía previsible la obtención de grandes dividendos.
Por último advertía que la línea del litoral cantábrico uniría Galicia con Francia, conectando al menos cinco de las líneas de ferrocarriles radiales que partían desde Madrid existentes hasta entonces.
Una decisión errónea cuyos impedimentos se arrastrarían hasta la actualidad.
Ya en la década de 1950 se introducen locomotoras diésel, modernizando los servicios directos entre ambas capitales mediante trenes rápidos, así como los de cercanías a Liérganes y Balmaseda.
En 1965 se crea el organismo estatal Ferrocarriles Españoles de Vía Estrecha (Feve) para explotar las líneas de ancho estrecho revertidas al Estado, que pasa a gestionar el ferrocarril Santander-Bilbao durante casi cincuenta años.
[6] Quedaba al margen el ramal Orejo-Balmaseda en el que aún se opera mediante unidades diésel.
Por todo ello la estación de Nueva Montaña fue trasladada a la urbanización Isla del Óleo.
[14]Su uso en el tráfico de pasajeros radica fundamentalmente en los desplazamientos de corto recorrido entre núcleos rurales y cabeceras comarcales, siendo muy escaso el llevado a cabo entre ciudades.
[14] Todo ello da lugar a tiempos de viaje excesivamente largos para una línea regional: tres horas en recorrer los 119 kilómetros, efectuando 31 paradas intermedias.
[1] A esto hay que añadir el hecho de que su trazado ha dejado al margen a algunas de las áreas urbanas más importantes y dinámicas de Cantabria en la actualidad, como son Colindres, Laredo o Castro Urdiales, donde se concentra una gran parte de la población y dónde los desplazamientos pendulares con las dos grandes ciudades, Bilbao y Santander, son frecuentes.
[15] En contraposición a este descenso en el número de viajeros por ferrocarril, destaca el sustancial incremento en los desplazamientos diarios por carretera entre Santander y las localidades cántabras orientales con la conurbación del Gran Bilbao.
[16] En la actualidad el transporte público de pasajeros entre Santander y Bilbao se realiza mayoritariamente mediante autobús, el cual tarda en recorrer los 104 kilómetros por carretera a través de la Autovía del Cantábrico (A-8) en una hora y media.
Tal es el caso del tramo Bilbao-Santander, «destinado a unir Cantabria y el País Vasco y que actualmente presentan entre sí escasas comunicaciones ferroviarias a pesar de estar comunicadas mediante la red de FEVE».
[23] Aun así esta propuesta tampoco llegó a concretarse más allá del estudio informativo, el cual no concluyó los trámites.
La principal causa radica en el hecho de que, a pesar de la cercanía entre Santander y Bilbao (distan 75 km en línea recta), diseñar y construir una nueva línea de alta prestaciones de vía doble y ancho UIC entre ambas ciudades con un trazado que admita velocidades comerciales competentes requiere de una fortísima inversión, debido a que atravesaría una complicada orografía del terreno y unos espacios costeros fuertemente urbanizados.
En diciembre de 2017 el consejero de Innovación, Industria, Turismo y Comercio del Gobierno de Cantabria, Francisco Martín, presenta una propuesta sin estudio técnico de una conexión rápida ferroviaria entre Santander y Bilbao, que aprovecharía el tramo de vía métrica entre Santander y Treto y requeriría un nuevo tramo entre esta última localidad y Bilbao, dando servicio a localidades costeras como Laredo o Castro Urdiales.
[26] En 2019 el Partido Regionalista de Cantabria (PRC) compromete su apoyo a la investidura del socialista Pedro Sánchez como presidente del Gobierno de España a cambio de que este avanzase en un nuevo estudio informativo para mejorar la conexión férrea entre Santander y Bilbao.
Esta decisión supone que el proyecto de conexión entre ambas ciudades no entrará ni en la denominada Red Básica 2030, que deberá estar finalizada en dicho año, ni tampoco en la nueva categoría de Red Básica Extendida con horizonte 2040, manteniéndose para la Red Global de 2050.