Musques[2] (en euskera y oficialmente, Muskiz) es un municipio del territorio histórico de Vizcaya, País Vasco (España).
El municipio se enclava en el valle de Somorrostro, formado por el río Mayor o Barbadún, que desemboca en el mar Cantábrico a su paso por el barrio de Pobeña, ya convertido en ría del Barbadún.
Entre los montes de Musques, el pico Mello alcanza la máxima altura (629 m) al suroeste del municipio.
En el municipio se localiza un espacio natural protegido, la ría del Barbadún, designada ZEC (Zona de Especial Conservación) en la Red Natura 2000.
Con la difusión del cristianismo aparece un nuevo elemento de referencia económico y social: la iglesia.
No obstante, hasta el siglo XX se seguirá empleando indistintamente San Julián de Musques o, por asociación o erróneo conocimiento toponímico, Somorrostro para designar al término municipal de Musques.
La proliferación de torres en Musques está determinada por el asentamiento de los Salazar en Muñatones, quienes, controlando el territorio desde su solar, instalan a sus parientes en los diferentes barrios del municipio: Pobeña, Montaño, Memerea, San Julián, Santelices, La Rigada.
Esta casa-torre sería reedificada en el siglo XV y aún hoy en día se conserva en buen estado.
En el siglo XVII, gracias a la actividad comercial relacionada con el hierro, algunas familias acrecentaron su patrimonio.
El concejo estaba dividido en 5 cuadrillas o regimientos: La Rigada, El Valle, Memerea, Musques y Pobeña, gobernadas por regidores que se reunían en junta en el puesto de El Crucero.
Las principales ocupaciones económicas eran las relacionadas con el mineral de hierro (ferrones, carboneros, rementeros, carreteros) cuyo punto de referencia eran las ferrerías (Bilotxi, el Pobal…) y el transporte marítimo, con centro en Pobeña, en donde se asientan y enriquecen familias dedicadas al comercio.
Gracias a este comercio se acumuló el capital necesario para la construcción de casas palaciegas.
Dos son los acontecimientos más relevantes del siglo XIX en la historia de Musques: el desarrollo de las guerras carlistas, con los consiguientes cambios administrativos y jurídicos, y el “boom” minero que cambió por completo la fisonomía del pueblo.
Musques y Abanto fueron escenario de grandes batallas pues tanto carlistas como liberales consideraban su control fundamental para dominar Bilbao.
La abolición foral permitiendo la extracción y exportación del hierro en bruto, la localización geográfica del mineral, que favorecía su transporte por mar, y los adelantos técnicos favorecieron el desarrollo de una explotación intensa de las minas.
Musques, con Bilbao, cuenta con el mayor número de propietarios extranjeros (Alfred Edwards, Triano Iron Ore, Mac Lennan, etc).