Estación de Atocha

A lo largo del siglo XX la demanda de viajeros motivó que fuera incorporando edificios e instalaciones ferroviarias adyacentes, que prolongaban su estructura varios kilómetros hacia el sur.

La estación tuvo un protagonismo especial al ser un objetivo terrorista en los atentados del 11-M.[7]​ Los primeros intentos de establecer un ferrocarril en Madrid se deben a las gestiones realizadas por el alcalde corregidor Marqués viudo de Pontejos, que en 1829 intentó promover un proyecto con la intención de unir Aranjuez con Madrid mediante una vía ferroviaria.

[2]​ Pedro de Lara obtuvo la licencia estatal para trazar una línea férrea provisional desde Aranjuez a Alicante.

La acusación estatal es haber empleado el cargo prevaricando y concediendo permisos a favor de las obras ferroviarias en su poder.

Esta contratación fue decisiva para reactivar definitivamente las obras de la línea Madrid-Aranjuez.

[9]​ La denominación embarcadero era habitual en la época para definir a las primitivas estaciones ferroviarias.

Finalmente se eligió el lugar despoblado más próximo al centro de Madrid en la salida hacia Aranjuez.

El resultado del estudio fue favorable al construido y denominado Embarcadero de Atocha.

Existía además en el informe una visión estratégica en la que planteaba la posibilidad de unir en un futuro una estación ubicada en Atocha con otra en Chamartín, siguiendo la cuenca del arroyo Abroñigal, uniendo así el eje norte y sur de la península ibérica.

En 1863 envía desde su estudio de París los planos hasta que pocos meses después fallece, situación que prolonga las obras de los edificios administrativos debido a un litigio con los herederos del arquitecto parisino.

El gobierno español interviene en la gestión de la compañía MZA solicitando un mayor servicio en la línea Madrid-Zaragoza.

[17]​ Los criterios de la empresa, del gobierno y del Comité de París se tuvieron que armonizar hasta que finalmente se presentó un proyecto acorde con todos los intereses.

La compañía pretende resolver con esta modificación los problemas internos y las prescripciones que el gobierno impuso en 1876.

La estructura interna del vestíbulo permitía la circulación de dos mil personas en su interior.

La posición española en la Primera Guerra Mundial hace que se modifique la demanda de transporte.

Durante los primeros instantes de la Guerra Civil en Madrid se convierte en una checa.

En 1968 se construyeron en la glorieta de Atocha unos enlaces viarios con tres paso a distinto nivel.

Esta estación tiene diez andenes y su cubierta es empleada como aparcamiento disuasorio.

En superficie se realiza un esfuerzo por interconectar la estación con la red de autobuses municipales habilitando dársenas específicas para ello.

La estación tenía un tamaño insuficiente para acoger la llegada de la alta velocidad a España, por lo que con la construcción del Nuevo Acceso Ferroviario a Andalucía, que devino en la línea de alta velocidad Madrid-Sevilla, se planificó una gran remodelación de la estación bajo la dirección del arquitecto Rafael Moneo.

Se fueron ubicando, con el tiempo, servicios de comida rápida, restaurantes y exposiciones temáticas itinerantes.

La segregación en alta, media y cercanías hace que se denomine en plural: las Estaciones de Atocha.

Las obras en el túnel de la risa posibilitan que en 2008 se pueda acceder a Atocha desde la Puerta del Sol.

En el complejo se encuentra asimismo la estación del Metro de Madrid.

La zona más cercana a la plaza está ocupada por el edificio decimonónico.

[15]​ La estación se concibe en un periodo en el que la ciudad pasa de una capital a una metrópoli.

El suceso conmocionó a la sociedad madrileña de la época, y años después fue retratado en una serie denominada La huella del crimen (capítulo rodado por Ricardo Franco).

La estación aparece en Surcos, la película propagandística de 1951 dirigida por José Antonio Nieves Conde.

No obstante, las referencias literarias a la estación continúan y se pueden encontrar en la novela homónima de Antonio Muñoz Molina (recreada en el cine en la película Beltenebros de Pilar Miró).

En el frontal de dicho invernadero se ubican estanques en los que, a lo largo del fin del siglo XX, muchas personas han ido abandonando mascotas exóticas en el lugar de las plantas acuáticas.

Estación de Atocha en 1981.
Episodios de viaje. Despacho de billetes en la estación del Mediodía en Madrid con motivo de la Feria de Sevilla ( La Ilustración Española y Americana , 25 de abril de 1870)
Detalle exterior del testero de la estación de Atocha. Encima del reloj, vemos una rueda alada, símbolo de los ferrocarriles y del progreso.
Andenes de la estación remodelada.
Jardín construido sobre las vías y andenes originales.
Velas colocadas en los vestíbulos de la estación los días posteriores al atentado del 11-M.
Torre del Reloj, situada entre las diferentes estaciones: Puerta de Atocha (AVE, ancho internacional), Atocha-Cercanías (ancho ibérico o Renfe), y la histórica estación de 1892 (invernadero de Atocha).
Entrada al intercambiador