Ferrocarril directo Madrid-Burgos

Las obras del ferrocarril atravesaron varias etapas y se vieron retrasadas durante largos años por cuestiones como la guerra civil o las dificultades de la posguerra.

La circulación en la línea quedó interrumpida de forma parcial tras un desprendimiento ocurrido en el túnel de Somosierra en marzo del 2011, tras lo cual se suspendieron los servicios comerciales en buena parte del trazado.

[3]​[4]​ Este trazado no era la vía de comunicación más directa entre la capital española y Francia, pues la vía realizaba un importante desvío por Ávila y Valladolid hasta alcanzar el eje Burgos-Miranda de Ebro.

En consecuencia, esta circunstancia incrementaba considerablemente el tiempo de viaje a realizar.

Por ello, desde el siglo XIX hubo diversas iniciativas para enlazar Madrid por ferrocarriles directos con Bilbao o Santander,[5]​ ambos puertos del Cantábrico.

[6]​ No obstante, años después acabaría prosperando la ruta a través de Vitoria, Tolosa y Alsasua, quedando olvidada la idea.

De forma paralela, también se realizaron los trabajos de explanación a lo largo del trazado previsto, si bien en ese momento la construcción se circunscribió principalmente el tramo comprendido entre el río Lozoya y Burgos.

Por su parte, las obras en el tramo Aranda-Campo de San Pedro avanzaron a buen ritmo durante estos primeros años.

El proyecto del ferrocarril directo Madrid-Burgos llegó a contar con el apoyo de determinados sectores sociales y económicos, aunque también encontró el rechazo frontal de las compañías MZA y Norte.

[13]​ Prieto también dio un impulso a los accesos ferroviarios al norte de Madrid, en Chamartín.

[15]​ Como resultado de la conflagración se produjeron numerosos daños y desperfectos en las infraestructuras.

Esto significó que durante la década de 1940 los trabajos alcanzasen un cierto auge, si bien las intervenciones se centraron en la reparación de aquellas infraestructuras que habían quedado gravemente dañadas durante el conflicto bélico.

Sin embargo, en el caso del ferrocarril Madrid-Burgos se decidió completar las obras.

[11]​ El acceso a Madrid se hizo con la nueva estación de Chamartín.[n.

La apertura al tráfico comercial tuvo lugar unos días después, el 11 de julio.

También empezarían a circular algunos trenes de carácter regional, como los denominados TER.

En general, la línea directa de Burgos fue muy útil y frecuentada por los trenes desde su puesta en servicio, soportando gran parte del tráfico desde Madrid a Bilbao y a la frontera de Irún, incluyendo trenes internacionales como el Expreso «Puerta del Sol» que hacía la ruta Madrid-París.

La progresiva falta de inversiones y mantenimiento hizo aumentar el tiempo de recorrido hasta que acabó siendo más rápido y fiable volver a utilizar la ruta vía Valladolid.

Sin embargo, en el resto del trazado solo circulaban un par de servicios al día, principalmente los trenes Talgo que hacían la ruta Madrid-Bilbao.

El tramo comprendido entre las estaciones de Madrid-Chamartín y Colmenar Viejo está electrificado a 3 KV.

Posteriormente se baja por las estribaciones de la fachada norte del Sistema Central hasta el valle del río Duero, el cual se cruza transversalmente en Aranda de Duero.

Un tren Talgo III que hacía el servicio Bilbao-Madrid tras pasar la estación de Lerma , en 1999.
Los túneles del ferrocarril Madrid-Burgos fueron excavados con capacidad para doble vía, como este situado entre las estaciones de La Acebeda y Robregordo. Esto ha facilitado la duplicación de vía llevada a cabo por tramos sucesivos entre Madrid y Colmenar Viejo.
Gran parte del trazado de la línea discurre alejada de la cota del terreno que le rodea, ya sea por medio de terraplenes, de túneles o de grandes viaductos como este, situado por el lado Madrid de la estación de Robregordo.