Estudia en Barcelona donde fue redactor de La Rebeldía; además, fundará y dirigirá Revolución.
En 1915 presidirá la Juventud Radical del Camp de l’Arpa.
Fue procesado por haber protestado por la neutralidad española durante la Primera Guerra Mundial, lo que le valió el destierro de Barcelona.
Cabe destacar su papel fundamental en la proclamación de la Segunda República Española en Las Palmas.
En el debate de totalidad del proyecto de Constitución para la nueva República intervino para decir que su partido apoyaba en general el proyecto presentado por la Comisión de Constitución, pero discrepaba en algunos puntos importantes, como que las Cortes fueran unicamerales ("la minoría radical sostiene el sistema bicameral"), que se disolvieran las órdenes religiosas (las órdenes debían ser sometidas a una ley especial) o la "socialización" de la propiedad (cualquier expropiación por parte del Estado tendría que ser siempre mediante indemnización).