Estilo Luis XVI

El libro del Conde de Caylus, Recueil des antiquités égyptiennes, étrusques, grécques et gauloises (Colección de antigüedades egipcias, etruscas, griegas y galas), sobre las novedades descubiertas en diversas áreas, incluido el mobiliario, dio un impulso al nuevo gusto por la Antigüedad Clásica en Francia.

[3]​ Las primeras muestras del estilo à la grecque, como fue llamado en la época, pueden remontarse a las innovaciones en la moda de Madame de Pompadour, quien aprende a dibujar con el escultor Edmé Bouchardon, cuyo estilo es claramente neoclásico.

[4]​ Arquitectos como Ange-Jacques Gabriel, Claude Nicolas Ledoux o Étienne-Louis Boullée, adoptaron el estilo neoclásico expresado en el palladianismo y en construcciones emblemáticas como el Petit Trianon, en Versalles.

[5]​ Paralelamente a los nuevos descubrimientos del arte greco-romano, existió otro factor decisivo en la transformación del gusto de la sociedad de la época: las teorías ilustradas que fomentaban el regreso a la naturaleza, expuestas por autores como Jean-Jacques Rousseau, además de la confianza en la razón, que explica la predilección por formas armoniosas, líneas rectas en contraposición a las curvas fantasiosas del Barroco y el Rococó, y una predilección creciente por los estudios serios y los sentimientos sublimes.

La nueva Eloísa, de Rousseau, ejerció una especial influencia en el desarrollo de este estilo, pues en esta obra se expresa el gusto por el intimismo y la sensibilidad que caracterizarán la época previa al Romanticismo.

[3]​ Como resultado de la creciente austeridad, aumenta la reacción contra los excesos del rococó y sus curvas asimétricas, prefiriéndose la sobriedad en la decoración.

[3]​ Este estilo incorpora elementos de la cultura greco-romana: columnas, frontones, pórticos, etc.

Desaparece la rocaille y en su lugar son insertados detalles ornamentales basados en motivos clásicos como guirnaldas, palmas, rosas, hachones encendidos, coronas de laurel, esferas, etc., pero siempre con mesura, sin exageración, generalmente en la parte superior del mueble.

Los escritorios y aparadores tienen usos más racionales que en los estilos anteriores, incorporando cajones ocultos.

El mueble-vitrina (meuble vitrine), en donde se reemplazan las puertas del aparador por vidrios, es otra creación de la época.

Los techos, en oposición al estilo Luis XV, casi siempre se dejan sin decorar.

Fresco hallado en Herculano .
Pabellón de Música de Madame du Barry en Louveciennes .
El gusto por la naturaleza de la época se vio reflejado en el Petit Trianón . En la imagen, María Teresa y el Delfín , y tras ellos el Templo del Amor.
La princesa de Lamballe retratada en su escritorio en 1788.
Salón de compañía en el Pequeño Trianón .
Escritorio de María Antonieta diseñado por Jean Henri Riesener en 1783.
Escritorio de la Biblioteca de Luis XVI.
Interior del Cabinet doré de la reina María Antonieta en Versalles .
María Antonieta retratada por Marie-Louise-Élisabeth Vigée-Lebrun (1783).
Sillas diseñadas por Georges Jacob .