Durante estos siete años, no lo dejó, lo meció, se ocupó de él, lo vistió, lo confortó, lo entronizó.
El Ejército Católico y Real (formado por vandeanos) y los chuanes (ambos grupos contrarrevolucionarios del noroeste de Francia) luchó en nombre del que consideraba su rey, sosteniendo las guerras revolucionarias francesas; en sus estandartes portaban la inscripción «Vive Louis XVII» (Viva Luis XVII).
Indignada, María Antonieta, pidió a las mujeres del público que la defendieran.
Siempre según fuentes monárquicas, como Jacques Mallet du Pan,[11] parece ser que entre palizas y torturas, Simon lo forzaba a beber grandes cantidades de alcohol y le obligaba a cantar La Marsellesa portando un bonete de sans-culotte.
Pelletan intentó entregar el órgano sucesivamente a Luis XVIII y Carlos X pero estos no creyeron en su autenticidad.
Ya realizadas las pruebas genéticas descritas, el 8 de junio de 2004 se celebró un funeral en honor del pequeño Luis XVII, en el que se colocó la urna en un mausoleo construido para tal fin, emplazado en la cripta real del templo.
Entre otras curiosidades, llevaba siempre una trenza rubia guardada, supuestamente la de María Antonieta.
Si bien era considerado pintor, solo pintó tres retratos, de tres personajes que guardan un gran parecido con María Antonieta, María Teresa y Madame Isabel, madre, hermana y tía del Delfín.
entrelazadas de estilo barroco, las cuales fueron interpretadas por su nieto como Luis Carlos.
Aunque estas órdenes fueron unidas oficialmente bajo la Condecoración militar (1791), como Luis XVII fue reconocido rey por una considerable parte de la población y por varias potencias extranjeras,[15] y para los integrantes de estas órdenes tanto la Primera República como el Primer Imperio eran inexistentes, se le atribuye a Luis XVII la jefatura de estas órdenes de iure, al igual que a su muerte se le atribuye a su tío Luis XVIII, en el exilio.