[2] Da la sensación de que está bordado, pero el efecto se debe a la trama superpuesta.
El brocado se ha utilizado en la confección de saris indios, vestimentas imperiales o litúrgicas.
Los primeros brocados se fabricaron en China, donde el secreto de la seda era cuidadosamente custodiado.
[3] En Europa, se considera desde el principio un tejido valioso tanto por estar confeccionado en seda como por la complejidad de su elaboración; es prácticamente exclusivo de la realeza, la nobleza y el clero.
Durante los siglos XVII y XVIII se intenta simplificar el proceso del tejido de brocado pero no se consigue hasta que apareció el telar de Jacquard en 1805.