Esta pintura se relaciona con la novela de Jean Jacques Rousseau, publicada ese mismo año, La nouvelle Héloïse.
Su primera obra en este orden es la llamada Séptimo-Severo reprochando a Caracalla el haber atentado contra su vida, que presentará en 1769.
Pintó, asimismo, diferentes temas alegóricos: La Ofrenda de amor (1769), mitológicos: Danae; o religiosos: Santa María Egipciaca; pero no tuvieron repercusión alguna.
Algunas obras revelan su inconformismo, aunque muestran un exceso de desnudez: La Mère bien aimée (1765), o por sus alusiones picantes: La Cruche casée, La Fille confuse, La Malheur imprévu, L’Oiseau mort, Les Œufs cassés, La Paix du ménage, La lavandera.
Mejor dibujante que pintor, Greuze destaca en las representaciones de las jóvenes en las cuales se mezclan la inocencia con el erotismo.