Recibe su nombre en recuerdo del médico, higienista y antiguo alcalde de Madrid Francisco Méndez Álvaro (1806-1883).
El primer nombre que tuvo fue calle del Sur, debido a su orientación.
[1] En 1884 recibió el nombre actual en recuerdo del médico y antiguo alcalde de Madrid Francisco Méndez Álvaro.
[2][3] Entre 1922 y 1923 se construyó en el número 4 de la calle Méndez Álvaro, casi en la glorieta de Atocha, el colegio público Menéndez y Pelayo, que todavía se encuentra en funcionamiento.
[4] El proyecto del ensanche sur quedó, sin embargo, totalmente desvirtuado al construirse el ferrocarril de contorno que unía las estaciones de Atocha y Príncipe Pío en 1866 (que salva la calle Méndez Álvaro gracias a un paso elevado).
La nueva vía salvaba el camino de Yeseros mediante un paso a desnivel, en el punto en el que el arroyo Carcabón cruzaba el camino (de esta forma, el paso elevado permitía el paso tanto del arroyo como del camino, que seguía hasta el arroyo Abroñigal, hoy la M-30, en el límite del término municipal de Madrid).
Como el resto del área del ensanche sur, la calle Méndez Álvaro se convirtió en la ubicación de numerosas instalaciones industriales de las que ya apenas quedan restos.
Ayuntamiento, ocupando sus locales, que en la actualidad están a cargo de este servicio.
La referida calle de Méndez Alvaro no tiene grandes pendientes y está trazada en línea recta, desde la glorieta de Atocha, hasta la misma entrada del Parque en proyecto, por lo cual se ve, que las comunicaciones con la población resultarán inmejorables.
Como consecuencia del trazado ferroviario, la calle Méndez Álvaro quedó sin apenas conexiones viarias en su tramo final.
Este panorama empezó a cambiar en el segundo tercio del siglo XX.
Inicialmente, el cruce con la calle Méndez Álvaro se realizaba a nivel.
Ya se había efectuado la previsión de que el metro enlazase en Méndez Álvaro con la línea de Cercanías que se iba a construir entre Villaverde Alto y Atocha.
[11] Pocos meses después se abría el enlace entre la calle Méndez Álvaro y la calle Embajadores mediante la avenida del Planetario, que salvaba gracias a un túnel el obstáculo del cerro de la Plata, en el que se estaba construyendo el parque Tierno Galván.
Se trata del único gran centro corporativo situado en el casco urbano de Madrid.