El drungario de la guardia (en griego: δρουγγάριος τῆς βίγλης, transliteración: droungarios tēs viglas) originalmente fue un cargo militar superior en el Imperio bizantino.
El oficio y su correspondiente unidad parecen haberse referido inicialmente a disposiciones ad hoc, pero a principios del siglo séptimo se formalizaron, como gran parte de la estructura del Ejército romano oriental.
[2] Dentro de Constantinopla, la guardia custodiaba los jardines del palacio y mantenía una guarnición acantonada en el Hipódromo cubierto (otra base del drungario),[7] esto le daba la posibilidad de permanecer en la ciudad en todo momento y acompañar al emperador cuando abandonaba el recinto del palacio, así como en las ocasiones que este partiera para hacer campaña.
Esta última arma era inusual para un oficial bizantino, el erudito francés Guilland sugiere que esto estaba relacionado con su mando sobre las tropas extranjeras a través del akolouthos (quien más tarde se convertiría en el comandante de la guardia varega, portadora de hachas).
[7] En el siglo x, cuando varios titulares del cargo eran los descendientes de las familias más prominentes de la aristocracia militar, incluyendo a Eustacio Argiro, Juan Curcuas y Manuel Curtices, el drungario ocupó el trigésimo sexto lugar en la jerarquía imperial y generalmente le eran conferidas las más altas dignidades cortesanas como anthypatos, patricio o protospatario.
[1] Tras el sitio de Constantinopla durante la Cuarta Cruzada en 1204, se rompió la continuidad del cargo.
Al reaparecer en los registros de la era Paleóloga, había perdido la condición judicial y retomó su carácter militar original.