Guerra civil bizantina de 1341-1347

Las consecuencias del prolongado conflicto fueron desastrosas para el Imperio bizantino, que había conseguido una cierta estabilidad con Andrónico III.

[2]​[3]​ Durante su largo reinado, las restantes posesiones bizantinas en Asia Menor cayeron gradualmente en manos de los turcos, principalmente del recién fundado Emirato otomano.

[4]​[5]​ Aunque logró derrocar al viejo emperador, la guerra no trajo beneficios para el imperio, pues sus vecinos —serbios, búlgaros, turcos, genoveses y venecianos— aprovecharon las luchas intestinas de los bizantinos para conquistar territorios o extender su influencia en él.

[8]​ La relación entre los dos continuó siendo estrecha y, cuando Andrónico III, entonces aún sin herederos (Juan V nació más tarde, en 1332), cayó enfermo en 1330, insistió en que Cantacuzeno fuera proclamado emperador o regente a su muerte.

[20]​[21]​ La paz acordada entre Andrónico III y Dušan fue importante para el futuro de las relaciones bizantino-serbias.

Como resultado del pacto, Dušan trasladó su capital y el núcleo de su reino, al sur, a Prilep.

Su hijo de nueve años, Juan V, era el sucesor obvio, pero aún no había sido oficialmente proclamado o coronado coemperador,[23]​ lo que originó un vacío legal y suscitó la cuestión de quién debía dirigir el gobierno imperial.

[46]​[47]​ La reacción a la proclamación de Cantacuzeno causó un ruptura en la sociedad bizantina: los ricos y poderosos magnates propietarios de tierras (tradicionalmente llamados dynatoi, «los poderosos»),[nota 1]​ que dominaban las regiones rurales, rápidamente se unieron en su favor, mientras que la población en general, que vivía en condiciones abyectas sometida a una onerosa tributación, apoyaba a la emperatriz viuda y al patriarca.

Este acontecimiento se repitió las semanas siguientes en varias ciudades por toda Tracia y Macedonia, en las que la población declaró su preferencia por la regencia frente a las fuerzas del «cantacuzenismo».

[61]​ En Didimótico, sin embargo, la revuelta popular fue sofocada y la ciudad permaneció como un bastión de Cantacuzeno en Tracia durante toda la guerra.

[62]​ Cuando las fuertes nevadas impidieron las campañas en el invierno siguiente, Cantacuzeno aprovechó para enviar una embajada, que incluyó monjes del Monte Athos, a Constantinopla.

[63]​ En esta época, casi todas las provincias bizantinas y sus gobernadores se habían decantado a favor de la regencia.

[42]​[64]​[65]​ De camino, atacó primero Periteorio, pero el asalto no tuvo éxito y continuó la marcha.

Consiguió entonces tomar el fuerte de Melnik, donde se encontró con Hrelja para firmar una alianza.

Sinadeno, cuya familia había quedado en Tesalónica, se pasó a las filas de la regencia.

Según Nicéforo Grégoras, los serbios exigieron toda la Macedonia al oeste de Cristópolis (Kavala), excepto Tesalónica y sus alrededores.

[71]​[78]​[79]​[73]​ Las fuerzas griegas tomaron también Flórina y Kastoriá inmediatamente después, lo que extendió el dominio serbio en la Macedonia occidental.

De camino a la localidad, Cantacuzeno tomó diversas fortalezas en Tracia, aunque fracasó nuevamente ante Periteorio.

[95]​[92]​ En los dos años siguientes, las ciudades y fuertes de Tracia cayeron en sus manos una tras otra, pero a un alto coste, pues sus tropas, mayoritariamente turcas, saquearon repetidamente la región.

En el camino, los serbios acaudillados por Gregorio Preljub atacaron a los turcos, pero estos consiguieron vencerlos en la batalla de Estefaniana.

[112]​[125]​ Conforme los meses pasaban y las privaciones en Constantinopla aumentaban, la fracción favorable a Cantacuzeno en la capital creció, ya que la emperatriz rechazaba incluso sopesar la posibilidad de negociar.

Como la situación continuó así durante varios días, los soldados de Cantacuzeno se impacientaron y atacaron parte del complejo palaciego.

[132]​ A pesar de la moderación y clemencia mostradas por Cantacuzeno en su acuerdo, no todos lo aceptaron.

[136]​ Después de 1347, Juan VI Cantacuzeno intentó revivir el Imperio bizantino, pero solo lo logró a medias.

La guerra estalló en 1352, cuando Juan V, apoyado por tropas venecianas y turcas, acometió contra Mateo.

Juan Cantacuzeno marchó para apoyar a su hijo con diez mil soldados otomanos y retomó las ciudades de Tracia, saqueándolas al mismo tiempo.

Mateo aún resistió en Tracia hasta 1357, cuando también él abdicó, lo que dejó a Juan V como único gobernante de un Estado arruinado.

Dušan, en particular, se mostró muy hábil al explotar la guerra civil para extender sus territorios a costa del imperio.

Cantacuzeno agotó también su fortuna personal y la emperatriz Ana dejó el imperio con grandes deudas con los venecianos.

A pesar de su considerable riqueza, estos señores, mediante exenciones o simple evasión, evitaban pagar impuestos al Gobierno central.

Juan VI Cantacuzeno presidiendo un sínodo en torno a 1370. Miniatura de un manuscrito de las obras teológicas de Juan VI. Actualmente en la Biblioteca Nacional de Francia , París (Ms. grec 1242).
Juan V Paleólogo. Miniatura de la Historia de Juan Zonaras , del siglo XV , actualmente en la Biblioteca Estense Universitaria, en Módena , en Italia (Mutinensis gr.122, f.294r).
Esteban Dušan y su esposa Helena. Fresco del siglo XIV del Monasterio de Lesnovo, en la actual Macedonia del Norte .
Cantacuzeno gozó de la ayuda de los beylicatos de Anatolia : * En naranja, cerca de Constantinopla, el Emirato otomano . * En rojo, a la izquierda, el de Aydın . * En amarillo, a la izquierda, el de Saruhan .
Coronación de Esteban Dušan , el gran beneficiado del conflicto, como «emperador de los serbios y romanos».
El imperio balcánico de Esteban Dušan , establecido en parte a costa de los bizantinos.