Carlos Pellegrini

[3]​ Pellegrini tuvo una destacada actuación en la batalla de Tuyutí, como también en otros combates, sin embargo cayó enfermo y debió abandonar definitivamente el ejército.

Con su título universitario empezó trabajando para el Estado como subsecretario del Ministerio de Hacienda,[6]​ del constituyente Benjamín Gorostiaga, durante el gobierno de Domingo F. Sarmiento,[3]​ y durante los últimos tres años del gobierno de este último se produjo una lucha entre los autonomistas y los nacionalistas, Pellegrini se afilió al Partido Autonomista, liderado por Adolfo Alsina.

Fue candidato a diputado en las elecciones de 1870 y 1871, pero fue vencido por los nacionalistas comandados por Bartolomé Mitre.

Se trataba del más joven entre los diputados provinciales, con solo veintiséis años, y su primer discurso fue sobre la conversión del papel moneda, siempre participó de todo debate respecto a cuestiones monetarias y económicas.

Tras la muerte de Alsina, el Partido Autonomista quedó desorientado y se dividió en dos corrientes, por un lado una que encarna el localismo de Tejedor, mientras que la otra tiende a vincularse con las provincias para crear un partido nacional.

El general tomaría consejos del doctor para algunos de sus más importantes documentos que produjo durante aquella lucha política.

[3]​ Su labor como diputado durante seis años se caracterizó por su gran capacidad oratoria y claridad en sus conceptos relatados.

Su compañero legislador, José Manuel Estrada aunque era opositor, expresó las cualidades en el discurso que tenía Pellegrini, cuando dijo: "Si usted no me entiende, le pediré al diputado Pellegrini que se lo aclare como solo él sabe hacerlo".

[4]​ Durante su ministerio de Guerra ayudó a crear un organismo despolitizado, que sirviera únicamente para defender al gobierno y al orden, sin conspirar contra el mismo, que respetara y defendiera a los organismos constituidos.

En el momento en que Juárez Celman fue a Retiro para embarcar rumbo a Campana, Pellegrini montado en un caballo, cabalgó hasta plaza Libertad para inspeccionar el comando del general Nicolás Levalle.

Se instaló en la casa de José Luis Amadeo y dirigió desde allí el ataque final al parque.

Al otro día el pedido fue concebido y aprobado por 61 contra 22, asumió como presidente, Carlos Pellegrini.

Todos notaban las síntomas y las causas de la crisis, pero nadie veía una solución en el corto plazo.

Pero tales medidas no tuvieron un efecto instantáneo: se había agravado la situación de la casa Baring, los banqueros del país en Londres no pudieron colar en el mercado europeo los valores argentinos, lo que terminó privando al gobierno argentino del capital necesario para solventar compromisos.

Pero esta operación terminó agotando el capital metálico que existía y los bancos se presentaron en estado de liquidación.

En simultáneo, negoció con los banqueros de la capital un empréstito que brindara a los bancos recursos instantáneos.

Tampoco afrontó con decisión la enajenación y población de las extensas áreas en dominio del Estado.

Los propósitos del gobierno por ofrecer tierras fiscales en venta, explorada, mensurada, amojonada y ya subdividida a los verdaderos agricultores fue solo un enunciado, puesto que en realidad se siguieron produciendo abusos con los premios en tierra y certificados al portador, a favor de miembros del ejército, mientras que la enajenación de grandes extensiones sin consulta no cesó.

La tierra fiscal siempre había sido distribuida con prodigalidad, los gobiernos solían estar implicados en estas políticas, y los subsiguientes también.

[2]​ Luego que Pellegrini cediera la presidencia, se dirigió a su residencia en Florida y Viamonte, caminando, sin custodia alguna.

[7]​ Los líderes del Partido Autonomista Nacional, Carlos Pellegrini y Julio Argentino Roca, tenían dudas sobre la eficacia del presidente Luis Sáenz Peña, que había sido magistrado de la Corte Suprema de Justicia y legislador en varias oportunidades, pero no había tenido ninguna experiencia gobernando.

[14]​[15]​ En 1893 se llevaron a cabo elecciones a gobernador de la provincia de Buenos Aires, Pellegrini fue candidato por la Unión Provincial, nombre que dispuso el PAN en ese distrito, sin embargo fue derrotado por la Unión Cívica Radical, y los mitristas se ubicaron en el tercer lugar, en esta ocasión bajo elecciones sin fraude y algo ajustadas.

Pero como ningún candidato había obtenido mayoría absoluta, le tocó decidir a la legislatura provincial.

Allí volcó sus influencias a favor del mitrista Guillermo Udaondo, bajando al candidato radical que había ganado.

De vuelta a la legislatura Pellegrini no tardó en convertirse en la figura central del senado, algo que irritó al presidente Uriburu, quién llegó a tildar al senador de tiranizar la cámara alta.

Desde entonces y hasta su muerte, Pellegrini exigió una ley que garantice una profunda reforma electoral para poner fin al fraude e impulsar las libertades cívicas.

[18]​ Carlos Pellegrini tuvo durante sus últimos años de vida una salud muy deteriorada por una enfermedad que Miguel Cané en su correspondencia privada llamó neurastenia.

Durante sus últimos años de vida intento adecuar al PAN a los cambios políticos que se estaban produciendo en el país.

Para lograrlo se mostró convencido de que era necesario llevar a cabo una reforma en las prácticas electorales.

[7]​ En su tumba del Cementerio de La Recoleta, el presidente Figueroa Alcorta, ya enrolado en una posición reformista, encontró la nota perfecta en su elegía:

Carlos Pellegrini (primero) con Julio A. Roca (tercero), foto circa de 1880.
Pellegrini en una rambla de madera en Mar del Plata con su esposa.
Carlos Pellegrini emite su voto en un atrio de iglesia al aire libre.
La Casa Rosada el día de la asunción de Carlos Pellegrini, 1890.
Pellegrini sale de la estación Plaza Constitución en Buenos Aires hacia el Puerto de La Plata , para viajar a Europa, en 1900.
Busto de Carlos Pellegrini.
Busto de Carlos Pellegrini en el Salón de los Bustos en la Casa Rosada , obra de Hernán Cullen Ayerza.
El monumento a Pellegrini en la plaza que lleva su nombre.