En 1892 la República Argentina estaba constituida por quince distritos electorales (14 provincias y la Ciudad de Buenos Aires), en los que la población tenía derecho a voto, mientras una gran parte del territorio estaba organizada en nueve «territorios nacionales», donde la población no tenía derecho a voto.
Una masacre el 1 de mayo de 1888, y una crisis financiera sin precedentes provocaron que poco a poco comenzase a gestarse una oposición significativa al régimen oligárquico impuesto por Roca, hasta entonces fuerte por el fraude electoral proporcionado por el voto cantado, la represión política y el relativo crecimiento económico del país.
Por su parte, la oposición al gobierno de Juárez Celman, incluso dentro del propio PAN, continuó aumentando a medida que la crisis económica empeoraba.
Si bien la insurrección fue militarmente derrotada y el objetivo final (derrocar al régimen del PAN y establecer una democracia en el país) no tuvo éxito, Juárez Celman se vio forzado a renunciar, faltando todavía dos años para terminar su mandato constitucional, siendo sustituido por su vicepresidente Carlos Pellegrini.
Dentro del Partido Autonomista Nacional, el ala reformista del mismo quería proponer como candidato a su líder, Roque Sáenz Peña, bajo el argumento de que un líder reformista era necesario para acallar el avance revolucionario y evitar una guerra civil.
[7] Inmediatamente decretó el estado de sitio y detuvo a los principales líderes radicales, entre ellos Leandro Alem.