Sitio de Algeciras (1309-1310)

Finalmente las tropas cristianas debieron abandonar el asedio debido a las fuertes defensas de la ciudad, a las malas condiciones climáticas, a la epidemia que asoló el campamento cristiano, y a la deserción del infante Juan de Castilla el de Tarifa y de don Juan Manuel, quienes abandonaron el asedio junto con otros quinientos caballeros.

Fernando IV se comprometió a ceder una sexta parte del reino de Granada al rey aragonés, y le concedió el reino de Almería en su totalidad como adelanto por el mismo, excepto las plazas de Bedmar, Locubín, Alcaudete, Quesada y Arenas, que habían formado parte del reino de Castilla y León en el pasado.

No obstante, la voluntad de Fernando IV prevaleció y las tropas castellano-leonesas se prepararon para sitiar Algeciras.

Los primeros días del cerco las escaramuzas entre los defensores yaziríes y los castellanos se sucedieron en los alrededores de la ciudad.

[2]​ Esta ciudad fue entonces mandada poblar por ciudadanos de Castilla dándose un amplio fuero que permitía que se estableciesen en ella incluso ciudadanos con deudas pendientes con la justicia del Reino, excluyéndose el delito de traición.

[3]​ Durante el invierno Algeciras sufrió de grandes inundaciones que afectaron sobre todo al campamento cristiano.

Quedaron parcialmente destruidas muchas de las construcciones y habitaciones del campamento.

A esta pérdida se sumó la partida del infante don Juan de Castilla junto a Juan Manuel, nieto del rey y quinientos caballeros.

[6]​ Don Juan, precisamente el que puso cerco a Tarifa junto a tropas benimerines y granadinas durante la defensa de Guzmán el Bueno abandonaba de este modo a su joven sobrino que no desistió en su intento de tomar la ciudad.

Las constantes lluvias no habían cesado desde el inicio del cerco.

En estas condiciones insalubres era de esperar que la peste hiciera presencia en el campamento.

Desde enero de 1310 fueron numerosas las bajas que esta enfermedad causó entre los sitiadores.

[11]​ En conjunto, la campaña del año 1309 resultó más provechosa para las armas del reino de Castilla que para las de Aragón, ya que Fernando IV pudo incorporar Gibraltar a sus dominios.

Retrato imaginario de Fernando IV de Castilla, por José María Rodríguez de Losada . Ca. 1892-1894. ( Ayuntamiento de León ).
Estatua de Diego López V de Haro, señor de Vizcaya. Mariano Benlliure . ( Bilbao ).