[1] No obstante, otros autores desmienten esta afirmación, basándose en que la Crónica de Fernando IV señala que a estas Cortes, cuyo ordenamiento se desconoce, asistieron numerosos nobles y prelados y los representantes de las villas y ciudades del reino.
[4] Los nobles y procuradores castellanos se negaron a conceder al rey los fondos necesarios para la guerra a menos que el monarca revelase los motivos reales que tenía para demandar nuevos subsidios, y en qué iban a ser empleados.
[5] Y Fernando IV se vio obligado a revelar que pensaba atacar el reino de Granada y sitiar Algeciras, a lo que se opusieron los nobles castellanos, pues siguiendo la antigua costumbre,[6] preferían saquear y destruir la Vega de Granada.
[7] Poco después, el rey ordenó que comenzaran las hostilidades contra los musulmanes y se produjeron los primeros enfrentamientos en la frontera.
[9] Los representantes de los concejos aprobaron la concesión de cinco servicios al rey, que fueron destinados a pagar las soldadas de los ricoshombres e hidalgos castellanos,[10], y además se comprometieron a conceder al rey tres servicios más en los tres años siguientes.