Acre (en hebreo עכו, Akko; en árabe عكا, Akka) es una ciudad costera de Israel que pertenece administrativamente al Distrito Norte.El primer asentamiento conocido data de la Edad del Bronce temprana, pero fue abandonado tras unos siglos, tras lo que una aldea más grande se creó durante la Edad del Bronce media, momento desde el cual ha estado permanentemente habitada.Acre se convirtió en una ciudad importante durante las Cruzadas, época en la que fue testigo de numerosas batallas y asedios.Acre permaneció en manos musulmanas (primero mamelucas, luego otomanas) hasta que en 1918 pasó a formar parte del Mandato británico de Palestina.[4] Acre es también la ciudad más sagrada del bahaísmo, de cuyos fieles recibe numerosos peregrinos cada año.Conocido como Tel Akko en hebreo y Tell el-Fukhar en árabe, sus restos pueden datarse en torno al año 3000 AC, durante la Edad del Bronce Temprana.[2] La mención más temprana a Acre en un texto escrito se encontró en un documento egipcio del siglo XIX a. C.[1] En el periodo amarniense (aprox.En torno al año 725 AC, Acre se unió a Sidón y Tiro en una revuelta contra el emperador neoasirio Salmanasar V.[11] En torno al año 165 AC, Judas Macabeo derrotó a los seléucidas en una serie de batallas en la Galilea y los condujo hacia Ptolemais.Cerca del 153 AC, Alejandro Balas, hijo de Antíoco IV Epífanes, asedió la ciudad en su lucha por el trono con Demetrio I Sóter y consiguió que esta le abriese sus puertas.Así pues, Ptolemais permaneció bajo control romano durante cerca de siete siglos, hasta que los árabes musulmanes la conquistasen en el 636 DC.[1] Durante el mandato del emperador Claudio hubo un gran impulso constructor en Ptolemais y numerosos veteranos de las legiones llegaron a la colonia para asentarse.La ciudad comenzó a perder importancia y en el siglo VII era ya solamente un pequeño asentamiento con menos de mil habitantes.[1] Según el cronista musulmán al-Baladhuri, la conquista de Acre en concreto fue llevada a cabo por Shurahbil Ibn Hasana, y lo más probable es que la ciudad cayese sin oponer resistencia.[5] La ciudad seguiría siendo la principal base naval del Yund al-Urdunn (el distrito militar del Jordán) hasta el reinado de Hisham ibn Abd al-Málik (723-743), quien desplazaría la mayor parte de los astilleros a Tiro, más al norte.El geógrafo jerosolimitano Al-Muqaddasi visitó Acre durante los primeros años del califato fatimí, en 985, y la describió como una ciudad costera fortificada con una gran mezquita y con un olivar en su patio que proporcionaba aceite para iluminar todas las lámparas de la mezquita.[1][5] Fulcher describe sus viajes con los ejércitos cruzados del rey Balduino, incluida una primera parada en Acre antes de avanzar hacia Jerusalén.En cualquier caso, se seguía usando su “espacioso” puerto y la ciudad estaba llena de artesanos.[5] Durante el periodo de dominio otomano, Acre siguió jugando un importante papel en la región mediante pequeños feudos autónomos gobernados por jeques locales.[5] Todas estas mejoras se realizaron a expensas de la población local y mediante numerosos impuestos.[5] En 1799, Napoleón se plantó frente a Acre en mitad de su campaña para fomentar una rebelión siria contra el dominio otomano.Sin embargo, Abdulá bajá pronto mandó asesinar a Farhi y gobernó Acre hasta 1831, año en el que Ibrahim bajá, gobernante de Egipto, asedió y tomó la ciudad, no sin antes haber destruido numerosos edificios tras un bombardeo con miles de proyectiles.[5] La ciudad recuperó así parte de su anterior prosperidad, sobre todo gracias a su conexión con una vía que unía Haifa al ferrocarril del Hiyaz en 1913.El censo de 1931 mostró un crecimiento hasta los 7897 habitantes, entre los que se contaban 6076 musulmanes, 1523 cristianos, 237 judíos, 51 bahaíes y 10 drusos.[13] En él fueron también encarcelados miembros de la comunidad judía que se resistían a las autoridades británicas, tales como Zeev Jabotinsky, Shlomo Ben-Yosef o Dov Gruner.La Haganá fue la siguiente en actuar, volando un puente a las afueras de la ciudad y haciendo descarrilar un tren.Tiene también una buena flota pesquera, aunque ha perdido su primacía portuaria en la región en favor del puerto de Haifa,[1] y además es una ciudad turística.En concreto, Acre es la ciudad más sagrada del bahaísmo y acoge a muchos bahaíes peregrinos cada año.En 1910 se abrieron dos puertas adicionales, una en la cara norte de la muralla y la otra en la esquina noroccidental.Este lugar fue usado por el Irgún para colarse en la prisión de la ciudadela, y siguió en funcionamiento hasta 1950.