En 1928 el joven Shlomo se incorporó a las filas del Beitar, un movimiento juvenil sionista que estaba presente en su pueblo, siendo miembro del Betar, se involucró en la militancia política sionista, allí aprendió a amar a la nación de Eretz Israel, sentirse orgulloso de su identidad judía y aprendió que él no era un pobre y sucio judío (calificación con la que eran designados todos los judíos en Polonia).
El movimiento Betar en ese momento, buscaba la integración de todos los jóvenes judíos, al igual que las demás organizaciones sionistas.
Tardaron muchos meses en llegar a Palestina y atravesaron diversas dificultades en el camino.
Mientras tanto la Haganá mantenía una política de "autocontención" (Havlagá), evitando responder ante los ataques árabes.
La zona en la cual estaba situada Rosh Piná era objeto de permanentes ataques árabes, a tal punto que la producción de la colonia hebrea había disminuido notoriamente, ya que era imposible salir a trabajar al campo.
Entonces Shlomo Ben-Yosef, Shalom Djuravim y Abraham Shein decidieron demostrar que las vidas judías no estaban indefensas en el suelo de sus mayores.
Entonces Ben-Yosef tomó su rifle y disparó un solo tiro al aire, al mismo tiempo que lanzaron una granada falsa que no explotó, entonces los árabes en cuestión huyeron y denunciaron los incidentes a las autoridades británicas.
Al conocer su sentencia Ben-Yosef se levantó y gritó: "Viva el Estado judío a ambos márgenes del Jordán".
El Cónsul polaco demostró que Shein era menor de edad a la hora del incidente.
La noche anterior a la ejecución del acusado, el único oficial judío de la prisión pidió hacer guardia.
Ben-Yosef dijo que se le había prometido su Tilboshet (uniforme) del Betar para ir al cadalso.
Minutos después la voz de Shlomo Ben-Yosef ya no se escuchaba más y fue ahorcado.