Napoleón Bonaparte dijo de él: «Ese hombre me hizo perder mi destino».
[2][3] Sidney Smith estudió en la Tonbridge School hasta 1772 y en junio de 1777 se unió a la Royal Navy siendo asignado al transporte Tortoise, destacado a las costas de Norteamérica.
[2][3] Iniciada la guerra contra Estados Unidos, en enero de 1788 fue transferido al bergantín HMS Unicorn, con el que participó en septiembre de ese año en el combate con la fragata USS Raleigh.
Su desempeño le permitió acceder en mayo de ese año a su primer comando, el sloop HMS Fury.
[3] Entre 1785 y 1786 Smith permaneció en Francia aprendiendo el lenguaje y familiarizándose con el país,[4] efectuando por su cuenta tareas de inteligencia, observando la construcción de la nueva base naval en Cherburgo.
[2][3] En 1790 solicitó autorización para servir en la Armada de Suecia en la guerra entre Suecia-Finlandia y Rusia.
[3] Otros oficiales británicos también se habían alistado a media paga como Smith en el conflicto, en la armada rusa.
Smith fletó un buque reclutando a su costa algunos marineros británicos y navegó para unirse a la flota del almirante Samuel Hood, quien había ocupado la principal base naval francesa en el Mediterráneo, el puerto de Tolón.
Aunque Smith había destruido más barcos franceses que en ninguna acción de su flota hasta esa fecha, Nelson y Cuthbert Collingwood, entre otros, lo culparon por el fracaso en destruirla en su totalidad.
Permaneció en la prisión del Temple en París bajo cargos por el incendio de la flota en Tolón, ya que encontrándose en situación de media paga no lo consideraban oficial combatiente y amenazaron en numerosas oportunidades con llevarlo a juicio como simple incendiario.
Incluso, cuando el capitán francés Jacques Bergeret fue capturado en abril de 1796 en la fragata Virginie,[5] y enviado a París para negociar su propio intercambio el Directorio lo rechazó, por lo que por honor regresó al cautiverio en Londres.
Sin embargo, llevaba también una comisión de la Foreign Office para unirse como plenipotenciario a su hermano en Constantinopla.
La doble comisión tornaba compleja su situación respecto de los mandos en el Mediterráneo.
Se luchó toda la noche y al amanecer los franceses habían tomado una torre.
[4] Excediendo sus atribuciones y contrariando las disposiciones que ordenaban no acordar condiciones que no incluyeran la rendición como prisioneros de guerra de las tropas francesas en Egipto, Smith acordó la rendición y la repatriación con armas, equipajes y efectos de las fuerzas remanentes francesas al mando del general Jean Baptiste Kléber, que serían transportadas a Francia a cargo del sultán y sus aliados.
Aunque ella quedó embarazada, tenía otros amantes (entre ellos George Canning y Thomas Lawrence), por lo que no necesariamente el niño era de Smith.
Durante ese período, aunque se encontraba en servicio activo continuó actuando en la política británica.
[2] Los gastos de Smith en Dover habían superado en tal grado sus ingresos que en 1805 fue temporalmente llevado a prisión por deudas.
Moore creía que Smith había sido simplemente una herramienta de la corte napolitana y abandonó sus planes, concentrándose en capturar Sicilia y convertirla en una fuerte base británica en el Mediterráneo.
[3] Mientras Moore consideraba a Smith un insolente, su jefe del Estado Mayor, Sir Henry Edward Bunbury, reconocía que «la llegada del almirante y la energía de sus primeras actuaciones pronto produjeron un amplio efecto.
Era generoso y tan agradable como se supone puede ser un hombre que siempre está hablando de sí mismo».
Incapaz Lord Granville de protegerlo, Smith intentó que fuera ocupada por su agente O'Bryen, pero el Tesoro bloqueó la maniobra.
En 1806 Granville intentó convertirlo en cónsul general ante los Estados de Berbería, pero no tuvo éxito.
Aunque se lo reconocía como un oficial valiente, ingenioso y bien informado, su insubordinación jactancia le enajenaba el apoyo de sus superiores.
[3] Tras su regreso, Smith intervino a favor de hacer frente a los piratas berberiscos, quienes habían operado por siglos desde el norte de África capturando marineros y efetuando redadas para secuestrar personas en las costas europeas.
En sus palabras «aunque no pude tomar parte de la diversión, tuve la satisfacción sincera de ser el primer inglés que no estaba en la batalla que estrechó su mano».
En las elecciones de 1818 Charles Williams Wynn promovió su candidatura al Parlamento por Westminster (Londres), pero fue finalmente Sir Murray Maxwell quien compitió y obtuvo la banca.
William Wilberforce afirmaba que Smith había sido «escandalósamente usado» pero la mayoría no pensaba igual e incluso John Wilson Croker opinó de Smith que era «puro humo».
Está enterrado junto a su esposa en el cementerio del Père-Lachaise, en París.
[8] In June 1811 he was elected a Fellow of the Royal Society.