Napoleón III

En 1851, Luis Napoleón dio un golpe de Estado, debido a que el periodo presidencial solo duraba cuatro años.[4]​ Luego de ser derrotado por los alemanes, Napoleón III volvió al exilió, muriendo en Londres en 1873.El joven Luis-Napoleón residió, además de en Suiza, en Alemania e Italia.Como José no tenía ningún hijo varón, y su hermano Napoleón Luis Bonaparte (1804-1831) y su primo Napoleón II en 1832, lo precedieron, Luis-Napoleón se convirtió en el heredero de Bonaparte en la generación siguiente.Siendo ya el heredero del bonapartismo y residente en el Reino Unido, volvió secretamente a Francia en octubre de 1836, por primera vez desde su niñez, para intentar un golpe de Estado en Estrasburgo.Durante sus años de encarcelamiento escribió los ensayos que denotan su ideología romántica, su liberalismo autoritario, e incluso su socialismo utópico.En mayo de 1849 se celebraron elecciones a la Asamblea nacional que ganaron los monárquicos legitimistas.Esta celebración permitió al príncipe-presidente empezar la transición hacia el segundo Imperio, e impuso con éxito un modelo de fiesta nacional que también fue la bienvenida en la República.Napoleón III impulsa el imperialismo francés, no solo con fines económicos —buscando materias primas y mercados—, sino político, a imitación del Reino Unido.Mediante el Tratado de Tien Tsin, en 1860, China se ve obligada a abrir sus puertos al comercio francés.Los nacionalistas italianos se sienten traicionados por Napoleón III, siendo la «cuestión romana» la que crispe las relaciones del gobierno imperial con los católicos.Solo una fuerte potencia europea podía detener esa tendencia, asentando una estabilidad política y que Francia debía convertir al Ecuador en su base para desde allí extender su influencia.[7]​ Con vehemencia, Fabre transmitió inmediatamente al canciller francés Antoine Edouard Thouvenel la petición de García Moreno.En cartas confidenciales, hizo una detallada descripción de la población, el clima y los recursos del Ecuador; delineó los pasos requeridos para establecer un protectorado francés mediante un plebiscito, así como la ruta que deberían tomar las tropas francesas para llegar de Guayaquil a Quito.Dos mil soldados franceses, algunas naves y cañones, asegurarían el voto, libre de desórdenes o interferencia externa.Eso sí, advirtió que Gran Bretaña podría ser un serio obstáculo.Advirtió sin embargo, que el presidente peruano Ramón Castilla no tendría escrúpulos para suministrar armas y dinero a todos los que quisieran combatir el proyecto de García Moreno.[7]​ Inicialmente Napoleón III, aunque no del todo renuente al plan, vaciló en adoptar el compromiso planteado por García Moreno dado que su escuadra en el Pacífico no era lo suficientemente fuerte para enfrentar un adversario como Gran Bretaña, por ejemplo.En febrero de 1862, una razón mucho más poderosa pesó sobre su ánimo: Francia había iniciado su intervención armada en México, empresa que absorbió todo su interés y culminó con la instalación del imperio francés en dicho país por un breve lapso.Antes de que Fabre pudiera recopilar toda la información adicional que el canciller Thouvenel le había solicitado, llegó la orden del emperador francés de rehusar el ofrecimiento en términos evasivos y diplomáticos.[7]​ Desde su independencia de España en 1821, México había sufrido una guerra civil latente entre conservadores y liberales.La repercusión de esta derrota sería importante para el Segundo Imperio.A partir de 1867, el malestar por la política exterior —el fracaso en México— e interior —crisis económica— fuerzan las concesiones del régimen.En 1867 se concede al Cuerpo Legislativo el derecho de interpelación y responsabilidad ministerial ante las Cámaras.Todas esta reformas fueron corroboradas por el pueblo en un plebiscito celebrado en mayo de 1870.[cita requerida] Al nivel económico, el país se dotó de infraestructuras modernas, de un nuevo sistema financiero, bancario y comercial y recobró en 1870 su retraso industrial sobre el Reino Unido, en parte gracias a la política voluntarista del emperador y gracias a su elección del libre cambio.(ver dirigismo) Las necesidades de la capital eran tan evidentes que apenas podían pasarse por alto.La influencia personal del prefecto en los planes de Napoleón son evidentes no solo en cambios detallados, sino también en numerosas adiciones.Forzado por la diplomacia y el cabildeo del canciller alemán Otto von Bismarck, Napoleón declaró el inicio de las hostilidades en la guerra franco-prusiana (1870) que resultó desastrosa para Francia y dio vía libre a la conformación del Segundo Reich.
Los cuatro Napoleones.
Elecciones en Francia, 1848.
El príncipe-presidente, fotografiado en 1852 por Gustave Le Gray .
El palacio de las Tullerías durante el Segundo Imperio.
Napoleón III en la batalla de Solferino . Obra de Adolphe Yvon .
El fusilamiento de Maximiliano I, por Edouard Manet .
Moneda de Napoleón III. En el reverso aparece el escudo imperial.
Bismarck (a la derecha, con casco) y Napoleón III (a la izquierda) tras la batalla de Sedán .
La familia imperial fotografiada hacia 1858.