Los contraataques alemanes, inicialmente, fracasaron, pero las tropas soviéticas no fueron capaces de continuar su ofensiva.El 10 de octubre el frente volvió a su posición anterior a la ofensiva, aunque los combates continuaron hasta el 15, cuando los últimos focos de resistencia soviética fueron destruidos o se retiraron para escapar del cerco alemán.En noviembre, los refuerzos alemanes y otras unidades del Grupo de Ejércitos Norte fueron retirados por el Alto Mando alemán para hacer frente a la operación Urano en los alrededores de Stalingrado, lo que obligó a cancelar definitivamente la operación Nordlicht.En su lugar comenzaron a bombardear la ciudad con artillería pesada y ataques de la Luftwaffe.[9] Las fuerzas soviéticas estaban tratando de levantar el sitio para minimizar el daño infligido a la ciudad y la población civil.Las rutas hacia la región a menudo se veían obstaculizadas por ataques aéreos regulares alemanes y finlandeses.Varias pequeñas ofensivas soviéticas se lanzaron en la región en 1942, pero todas fracasaron con abundantes bajas.[13][14] Dicho saliente tenía solo dieciséis kilómetros de ancho, razón por la cual el Oberkommando des Heeres —o OKH, el Alto Mando del Ejército— denominaba a este sector el «cuello de botella», debido al pronunciado saliente que formaba el frente entre Mga y la orilla meridional del Ládoga.Evacuarlo hubiera significado renunciar al sitio de Leningrado, por lo que Hitler siempre se opuso a toda sugerencia en este sentido.[5] El área al sur del lago Ládoga era una zona densamente boscosa con muchos humedales, especialmente depósitos de turba.Ambos factores obstaculizaban enormemente la movilidad de la artillería y los vehículos en la zona, lo que le daba una ventaja considerable a los defensores alemanes.Ya que la línea del frente había cambiado muy poco desde el bloqueo en 1941, la Wehrmacht había construido una extensa red de trincheras y obstáculos interconectados, cubiertos por fuegos cruzados de artillería y mortero.Ese mismo día, la Directiva N.º 45 del Führer ordenó al Grupo de Ejércitos Norte capturar Leningrado a principios de septiembre, en una operación nombrada en clave como Unternehmen Feuerzauber (Operación Fuego Mágico).Entre otras cosas, los cañones ferroviarios más pesados se trasladaron al frente sur de Leningrado.Sin embargo, este avance solo debía conducir a los límites meridionales de la ciudad.[18] Una vez que la operación Nordlicht hubiera liberado las tropas involucradas en el asedio de Leningrado, estas podrían ser desplegadas a otros lugares, lo que haría más probable la victoria en el frente oriental.[11] La nueva ofensiva planificada por la Stavka requería que los frentes de Leningrado y del Vóljov, apoyados por la Flota del Báltico y la Flotilla del Ládoga llevasen a cabo un ataque concéntrico para destruir las tropas alemanas atrincheradas en el «cuello de botella» y así establecer una ruta de suministro terrestre con Leningrado.Además, el 42.º Ejército al mando del teniente general Iván Nikolaev y parte del 55.º Ejército realizarían varios ataques de diversión en dirección a Uritsk y Staro-Panovo,[22] al sureste de Leningrado, para fijar las unidades alemanas allí desplegadas y que estas no pudieran utilizarse para reforzar los sectores más amenazados del frente germano.[25] Los restantes ejércitos del Frente del Vóljov, que no tenían un papel central en la ofensiva, tenían que realizar una serie de ataques locales con la finalidad de que los alemanes no pudieran retirar unidades de esos sectores para apoyar a las tropas alemanas más amenazadas por la ofensiva soviética.Debido a que los recientes ataques del 55.º Ejército habían fracasado hacía poco, los alemanes no se esperaban nuevos ataques en la zona, por lo que la nueva ofensiva tomó completamente por sorpresa a los alemanes.Sin embargo, los intentos iniciales de expandir la ofensiva por los flancos fracasaron debido a la fuerte resistencia alemana.En particular, el día 29 vio el primer despliegue en combate del tanque pesado Panzer VI Tiger, como parte del 502.º Batallón de Panzer Pesados, que contaba con cuatro de estos blindados.Al día siguiente, tras tres días de intensos combates, los ataques de flanqueo del frente del Vóljov habían fracasado en su mayor parte con graves pérdidas, tras haber avanzado apenas entre dos y tres kilómetros en las posiciones defensivas alemanas.[41] En ese momento Hitler estaba cada vez más decepcionado con la actuación del alto mando del 18.º Ejército y del Grupo de Ejércitos Norte, puesto que a pesar de que habían utilizado prácticamente todas las divisiones que el OKH había reservado para la operación Nordlicht, no habían sido capaces de derrotar la ofensiva soviética.Por esta razón Manstein decidió concentrar sus fuerzas para un ataque en dos frentes, tanto desde el norte como desde el sur.En tanto, los contraataques alemanes locales frenaron los cada vez más débiles intentos soviéticos de avanzar.La 5.ª División de Montaña había sufrido numerosas bajas en los últimos diez días por lo que no jugó un papel importante en la contraofensiva.Finalmente, el 7 de octubre, Góvorov ordenó a sus tropas que cesaran la ofensiva y se retiraran al otro lado del Nevá.[52] Según datos soviéticos, las pérdidas de la Wehrmacht fueron más significativas: 60 000 soldados y oficiales murieron, resultaron heridos o capturados; además, 260 aviones, 200 tanques, 200 cañones, 730 ametralladoras y 400 morteros fueron destruidos o capturados.En última instancia, los ataques aéreos alemanes tuvieron un efecto despreciable sobre el transporte y reabastecimiento soviéticos, reduciendo los suministros que llegaban a la ciudad en únicamente un 0,4 %, a cambio de unas pérdidas de al menos 160 aviones alemanes.
Situación de la línea del frente el 27 de agosto de 1942, justo antes del inicio de la ofensiva de Siniávino
Soldados soviéticos marchan al frente en los alrededores de Leningrado en 1942