Batalla de Smolensk (1941)

Después de estos avances, no tardarán en desorganizar la defensa del 22º ejército y avanzar hacia Vítebsk.

Pero durante ese día el 47.º Panzerkorps consigue envolver al 5º cuerpo mecanizado, mientras que los paracaidistas alemanes toman firmemente Sieno, finalmente Timoshenko debe asumir la mala situación de sus tropas.

Estos últimos resistirán quince días, frente a los 24.º y 47.º Panzerkorps, antes de capitular.

El ataque es bastante molesto para los alemanes, y Guderian, seguido por Paul Carell, estimará las fuerzas agresoras en un total de veinte divisiones.

Frente a la urgencia, estas unidades, en proceso de organización, son puestas en la batalla, sin esperar.

Esta estrategia, aunque muy costosa, va sin embargo a dar sus frutos, ya que la ofensiva alemana tambaleará.

A finales de julio se instaura un cierto equilibrio, ya que ningún ejército logra avanzar más.

La batalla en curso demostró los fallos del planteamiento inicial, la Operación Barbarroja, en la cual los ejércitos soviéticos habrían debido ser destruidos al oeste por el Dniéper.

Los hechos mostraban que se estaba lejos de tal situación; los alemanes habían subestimado sobre todo la capacidad de recuperación del Ejército rojo, que crea nuevas unidades a un ritmo mucho más elevado del previsto.

La Wehrmacht se encuentra por tanto sin una estrategia definida en ese momento, y vacila a la hora de tomar decisiones.

El 43.er ejército soviético interviene entonces y logra detener la progresión alemana, al precio de graves pérdidas.

La situación alemana mejora bastante gracias al movimiento de Guderian hacia el Sur.

Durante esta operación, en dirección a Moscú, el Grupo de Ejércitos Centro debe quedarse en una postura defensiva.

Los soviéticos, sorprendidos por la dirección del ataque sobre el Frente de Bryansk, van a intentar oponerse a este movimiento pero, al principio, con fuerzas insuficientes, porque procuran sobre todo proteger Bryansk, lo que permitiría un desbordamiento del Frente Occidental, por el sur.

La cabeza de puente, establecida por la 10º División Infantería, está sometida a un contraataque macizo, que rechazan las tropas alemanas sobre la otra orilla.

Estas dos puntas blindadas alemanas crean al juntarse un cerco gigantesco, donde ochocientos mil soldados soviéticos son encerrados.

La ofensiva culmina con la toma de Yelnia, el 6 de septiembre, y dura hasta el 8; costándole a los alemanes cuarenta y cinco mil hombres muertos, heridos o capturados.

Los soviéticos admiten haber perdido cerca de cuarenta y cinco mil hombres, entre muertos y heridos, pero se reservaron el establecer cifras más certeras, que consideren también la cantidad de prisioneros que hicieron los alemanes.

Por su cuenta, los alemanes afirmaron haber capturado por lo menos trescientos diez mil prisioneros soviéticos.

Caballería alemana en las cercanías de Smolensk , contemplando el panorama dejado por las tácticas de Tierra quemada .