[10] El Ejército Rojo realizó otros intentos en 1943 para renovar su ofensiva y levantar el sitio por completo, pero solo lograron avances limitados en cada uno de ellos.
En su lugar comenzaron a bombardear la ciudad con artillería pesada y ataques de la Luftwaffe.
[15][nota 4] Durante 1942, el Ejército Rojo realizó varios intentos para romper el bloqueo, pero todos fracasaron.
El Cuartel General del Mando Supremo estaban planeando o llevando a cabo operaciones ofensivas en todo el frente, especialmente en el suroeste de Rusia.
Ambos factores obstaculizaban enormemente la movilidad de la artillería y los vehículos en la zona, proporcionando una ventaja considerable a los defensores alemanas.
Debido a que la línea del frente había cambiado muy poco desde que se estableció el bloqueo en 1941, la Wehrmacht había construido una extensa red de trincheras y obstáculos interconectados, cubiertos por fuegos cruzados de artillería y mortero.
El corredor tenía solo dieciséis kilómetros de ancho, razón por la cual el Oberkommando des Heeres o OKH (Alto Mando del Ejército) denominaba a este sector el «cuello de botella», debido al pronunciado saliente que formaba el frente entre Mga y la orilla meridional del lago Ládoga.
Evacuarlo hubiera significado renunciar al sitio de Leningrado, por lo que Hitler, siempre se opuso a toda sugerencia en este sentido.
La Stavka envió al mariscal de la Unión Soviética Kliment Voroshílov y al general del ejército Gueorgui Zhúkov,[nota 5] como sus representantes para coordinar las acciones de ambos frentes.
Estos incluían no solo el reabastecimiento y nuevas divisiones y brigadas de fusileros,[nota 6] sino también importantes unidades adicionales de artillería e ingenieros, que eran vitales para romper las pesadas defensas alemanas.
Los soldados soviéticos practicaron cómo escalar rápidamente terraplenes construidos de tierra, madera, nieve y hielo similares a los que utilizaban los alemanes en la escarpada orilla oriental del río Nevá.
Se tomaron varias medidas para evitar que los alemanes conocieran los detalles de la operación.
Por la noche, el comando del frente decidió explotar el éxito en la cabeza de puente recién ocupada y reasignó las tropas que en ese momento estaban atacando Shlisselburg a través del Nevá para que atacaran la ciudad desde el sur.
Este último era una posición defensiva impresionante con una guarnición de 700 hombres y dieciséis búnkeres.
Ese día casi no ganaron terreno y sufrieron fuertes pérdidas.
El 14 de enero el clima mejoró lo suficiente como para permitir nuevamente el apoyo aéreo y el avance soviético se reanudó, aunque a un ritmo más lento.
[49] Del 15 al 17 de enero, los frentes soviéticos avanzaron uno hacia el otro y conquistaron poco a poco los puntos fuertes alemanes en los asentamientos obreros número 3, 4, 7, 8 y la mayor parte de Shlisselburg.
La infantería y los blindados se enfrentaron en la oscuridad durante dos horas, hasta que, finalmente, los alemanes comenzaron a retirarse hacia las colinas de Siniávino.
«No creo que durmiera nadie», escribió, alegre, la escolar Evgenia Shavrova.
«Esta felicidad, la de Leningrado liberada, es algo que nunca olvidaremos», dijo la poetisa Olga Bergholz.
«El círculo vicioso se ha roto» [33]Las fuerzas alemanas al norte del asentamiento estaban aisladas.
Poco después de que las divisiones soviéticas 123.º y 372.º tomaran contacto cerca del Asentamiento Obrero n.º 1.
[53] El kampfgruppe Hühner quedó aislado y se le ordenó infiltrarse entre las posiciones soviéticas y escapar hacia el área boscosa cerca de Siniávino, antes de que llegaran las principales fuerzas soviéticas, consolidaran sus posiciones e hicieran imposible la fuga.
[54] Del 19 al 21 de enero, el Ejército Rojo se dedicó a eliminar las fuerzas alemanas que habían quedado rodeadas e intentaron expandir su ofensiva hacia el sur, hacia Siniávino.
Este triple ataque fracasó en su mayor parte, aunque las únidades que atacaban Siniávino consiguieron avanzar dos kilómetros, cortar el ferrocarril al sudoeste de Górodok 1 y capturar el Asentamiento Obrero n.º 6.
Los soviéticos no pudieron avanzar más y, en cambio, comenzaron a fortificar el área recientemente conquistada para frustrar cualquier intento alemán de restablecer el bloqueo.
El 7 de febrero, el primer tren del «continente» llegó a la estación Finlyandsky en Leningrado.
Para la población civil, el operativo significó que más alimentos pudieron llegar a la ciudad, así como mejorar las condiciones y la posibilidad de evacuar a más civiles de la ciudad.
[64][65] Stalin se mostró satisfecho con el resultado y concedió 19 000 condecoraciones a sus soldados.
El Ejército Rojo llevó a cabo otras ofensivas en el área en 1943, expandiendo lentamente el corredor, logrando algunos pequeños avances antes de finalmente capturar Siniávino en septiembre.