La ofensiva no usó tanques debido al difícil terreno, por lo que dependió enteramente de la infantería y la artillería.
Tras rebasar la línea Luga por el sur, los defensores soviéticos debieron retirarse hacia Leningrado.
En su lugar comenzaron a bombardear la ciudad con artillería pesada y ataques de la Luftwaffe.
[8][nota 2]Durante el invierno boreal de 1941 y 1942 la ciudad fue parcialmente abastecida por el «Camino de la Vida», a través del congelado lago Ládoga, lo que permitió a los defensores seguir resistiendo.
Estos objetivos eran enormemente ambicioso y no se correspondían con la límitada capacidad militar del Ejército Rojo, muy debilitado tras varios meses de continuas derrotas.
Puesto que el frente del Vóljov de Meretskov era el que debía llevar a cabo el mayor esfuerzo en la próxima ofensiva, la Stavka le proporcionó importantes refuerzos tanto en efectivos como en material.
Estos puntos fuertes alemanes se apoyaban en los numerosos obstáculos naturales de la región, como lagos, ríos y humedales.
[14] Los frentes Vóljov y Leningrado carecían de vehículos blindados, municiones de artillería, reservas, combustible y alimentos para montar operaciones ofensivas sostenidas contra el 18.º Ejército alemán.