Animados por los éxitos locales de la Wehrmacht, que habían conseguido detener el avance soviético en la Línea Panther, el 8 de marzo, los finlandeses rechazaron nuevamente las condiciones soviéticos.
[12] El plan requería que el ejército finlandés fuera destruido en el istmo de Carelia y sus restos fuera empujados contra la orilla occidental del lago Ládoga entre los dos asaltos y el lago Saimaa.
[10][11] Los principales objetivos estratégicos de la ofensiva eran alejar a las fuerzas finlandesas del norte de Leningrado, sacar a Finlandia de la guerra[12][13] y crear las condiciones adecuadas para llevar a cabo una gran ofensiva hacia el sur contra Alemania.
Estas líneas se reforzaron con numerosas fortificaciones de hormigón, pero el trabajo aún no estaba concluido.
Los negociadores soviéticos insistieron en que los finlandeses rompieran relaciones con la Alemania nazi, y exigieron una evacuación inmediata de las tropas alemanas estacionadas en el centro y norte de Finlandia.
Esta evacuación debía finalizar antes del 15 de septiembre, en caso contrario los finlandeses tenían que internar a las fuerzas alemanas que quedaran, con la asistencia del Ejército Rojo si fuera necesario.