Los lugares de la memoria democrática o lugares de la memoria histórica y democrática, en España, es una categoría atribuida por diferentes entidades gubernamentales a los escenarios de crímenes contra la humanidad, crímenes de guerra y violaciones manifiestas de los derechos humanos llevadas a cabo por la represión franquista en el contexto de la guerra civil y posterior dictadura franquista[1] contra los defensores de la Segunda República Española y sus familias.
La atribución de estas categorías supone la resignificación de los lugares, una actividad que antes que los gobiernos ya desempeñaron familiares, activistas y ayuntamientos tanto desde el año 2000 como años antes durante la Transición.
[4] Internacionalmente se encuentran otros antecedentes como la ley argentina 961/2002[5] o las medidas dispuestas por otros Gobiernos Europeos respecto de lugares como el campo de exterminio de Auschwitz-Birkenau - promovida en 1979 por las autoridades nacionales su declaración como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO - o la Masacre de las Fosas Ardeatinas en Roma, Italia, igualmente conservado por las autoridades como lugar de la memoria.
La Casa de los Esclavos de la Isla de Gorea en Senegal, lugar de tránsito de los esclavos capturados en África hacia Europa o América, promovida en 1978, o el puente de Mostar en el contexto de las Guerras Yugoslavas, promovido en 2005, son otros ejemplos reseñables en el plano internacional.
En 2021 se creó la Conferencia Sectorial de Memoria Democrática, un órgano para la cooperación entre las administraciones nacional y de las comunidades autonómicas en lo relativo a las políticas de memoria histórica.