Las instalaciones fueron construidas a comienzos del siglo XX, estando situadas al noroeste del casco urbano.
El proyecto del cementerio data de comienzos del siglo XX, con el fin de sustituir a otro camposanto que había funcionado hasta entonces.
La construcción fue llevada a cabo por la Rio Tinto Company Limited (RTC),[1] transcurriendo las obras entre 1905 y 1910.
El recinto, que fue concebido como una planta rectangular, acogía enterramientos tanto a nivel de superficie como en nichos.
La titularidad de los terrenos fue originalmente de la RTC, si bien décadas después el grupo Explosivos Río Tinto la cedió al ayuntamiento.