Cuenca minera de Riotinto-Nerva

Históricamente, esta zona ha sido explotada con fines mineros, articulándose en época contemporánea un importante complejo de carácter industrial.

Durante esos años se produjo un importante auge industrial y demográfico.

La zona minera se encuentra enmarcada dentro del contexto paisajístico de baja montaña que predomina en el Andévalo, caracterizándose la cuenca por tener un relieve en el que predomina una relativa suavidad del terreno —entre 700 y 500 metros—.

[6]​ Hay constancia de la existencia de actividades mineras en la zona correspondiente a la actual cuenca ya durante la Edad del Cobre y la Edad del Bronce, aunque estas no alcanzarían una mayor relevancia hasta varios siglos después.

Los estudios isotópicos en Riotinto han revelado que al menos desde el año 366 a. C. ya había una actividad considerable,[7]​ mientras que en el área de Filón Norte se han localizado los restos más antiguos de labores extractivas y asentamientos humanos.

Las condiciones de trabajo en las galerías revestían una gran severidad para los mineros (esclavos en su mayoría) debido al polvo, la humedad, la escasa iluminación o las altas temperaturas.

La actual Corta del Lago albergaba el principal poblado romano de la zona, que las fuentes clásicas identifican como «Urion» o «Urium».

[13]​ Así mismo, existen varias necrópolis (Huerta de la Cana, La Dehesa) relacionadas con el período altoimperial.

Siglos después buena parte de estos escoriales se reaprovecharían con diversos fines, siendo empleados por ejemplo como material fundente en los procesos metalúrgicos.

No obstante, los primeros hallazgos de este tipo fueron realizados ya por españoles a mediados del siglo XVIII.[n.

1]​ Durante el período medieval la producción minera en la zona de Riotinto no fue significativa.

[25]​ El nuevo dueño de la cuenca dio inicio a una explotación mucho más intensa.

RTC levantó diversas industrias para el tratamiento minero-metalúrgico, las cuales incluían lavaderos de mineral, fábricas, fundiciones, centrales eléctricas, almacenes, etc.

[27]​ A medida que avanzaron los trabajos mineros se fueron articulando una serie de explotaciones principales en la cuenca, entre las cuales destacarían Corta Atalaya, Filón Sur, Filón Norte o Corta Peña del Hierro.

Algunas de ellas constituían complejos mineros que estaban compuestos a su vez por varios yacimientos.

Además, bajo la dirección británica las minas de Riotinto se convirtieron «en un referente mundial».

[23]​ Ello contribuiría a dar forma al actual carácter paisajístico de la zona, con las grandes perforaciones.

[34]​[35]​ Así mismo, existió una pequeña colonia formada por los directivos e ingenieros británicos, los cuales se establecieron en el barrio de Bellavista.

Las represalias que impuso la RTC tras esta huelga llevaron al desmantelamiento del movimiento sindicalista en la zona durante muchos años, y no sería hasta los tiempos de la Segunda República cuando este se reorganizó.

Sin embargo, esta experiencia no duró mucho tiempo, pues unas semanas después las fuerzas sublevadas al mando del comandante Luis Redondo conquistaron la comarca sin apenas encontrar resistencia.

[40]​ Aunque ya en declive respecto a la etapa británica, las explotaciones mineras continuaron en pleno funcionamiento bajo la nueva propietaria.

La CEMRT había adquirido cuatro yacimientos principales, de los cuales tres (Filón Sur, Filón Norte y Planes) estaban casi agotados y solo uno (San Dionisio) estaba plenamente activo.

[51]​ La principal labor en este sentido ha sido desarrollada por la Fundación Río Tinto, institución que ha contribuido a la recuperación de numeroso patrimonio industrial y al establecimiento del tren turístico minero.

No sería hasta 2015 que la empresa chipriota Atalaya Mining reinició los trabajos mineros en Riotinto tras haber obtenido los permisos necesarios por parte de la administración.

[54]​ Desde la reactivación de la cuenca minera en el siglo XVIII se han construido diversas instalaciones industriales ligadas a la actividad mineralúrgica.

Entre las más antiguas que han permanecido hasta nuestros días se encuentra la Fundición de San Luis, construida en 1832 junto al Filón Sur para acoger los trabajos metalúrgicos.

En 1907 se construyó una central eléctrica en la zona de Huerta Romana, que estuvo operativa entre 1909 y 1963.

[63]​ Entre 1873 y 1875 la RTC construyó el denominado ferrocarril de Riotinto para enlazar las minas con Huelva,[64]​ en cuyo puerto se levantó un muelle-embarcadero.

[66]​ En la cuenca también llegó a operar el ferrocarril de Peña del Hierro, que estuvo activo entre 1914 y 1954.

Noria hidráulica usada por los romanos en Riotinto.
Vista de Corta Atalaya, c. 1980.
Restos de las instalaciones de la Fundición de Piritas , en 2014.
Vista de las antiguas instalaciones de Zarandas-Naya , en 2004.