[cita requerida] También nos ofrece un dato de considerable interés: «Está calculada para albergar tres mil reclusos».
[2][3] Durante esta etapa, diversos periodistas extranjeros o miembros del Comité Internacional de la Cruz Roja fueron invitados a visitar las instalaciones para comprobar el estado de las mismas y la atención prestada a los reclusos.
[6] Con el tiempo y la victoria franquista, allí irían a parar miles de republicanos.
Diversos investigadores apuntan la cantidad más probable de internados entre doce y dieciséis mil personas.
[10] También hay constancia de la visita al campo en mayo del ideólogo fascista Ernesto Giménez Caballero, que además dirigió una arenga a los prisioneros[12] en la que afirmaba: «Estáis a nuestra merced.
Estas terribles condiciones provocaban la aparición de enfermedades, como la sarna, que se propagaban rápidamente por el campo al no existir ningún tipo de atención sanitaria ni medicamentos,[14] siendo el hambre y las enfermedades intestinales la principal causa de muerte en Albatera.
El campo cuenta con fosas comunes que, a día de hoy, todavía no han sido excavadas.
Desde los primeros días, empezaron las sacas de prisioneros efectuadas por falangistas de la zona, que utilizaban listas con afiliados a sindicatos y partidos políticos para seleccionar a quiénes eliminar.
[16] Una de las personas que recobró la libertad gracias a estos documentos fue Esteban Pallarols, quien inmediatamente se puso en contacto con tres dirigentes libertarios que se encontraban escondidos en Valencia para constituir la junta nacional del Movimiento Libertario cuya principal actividad fue falsificar documentos que permitieron liberar a más presos del campo de Albatera y de otros campos de Valencia, que rápidamente fueron trasladados a Barcelona y de allí a Francia.
De esta forma cruzaron la frontera varios cuadros medios y altos del PCE que no habían sido evacuados en los momentos finales de la guerra, como Jesús Larrañaga, Manuel Asarta, Casto García Roza, Manuel Cristóbal Errandonea, Félix Llanos o Encarnación Fuyola, entre otros.
En cuanto se había aflojado la vigilancia los escapados contactaban el primer eslabón de la cadena, y éste, tras haberles facilitado documentación falsificada, los pasaba a su enlace más próximo, y este procedimiento se repetía hasta que el preso había llegado a Pamplona.
[10] Las autoridades franquistas desmantelaron completamente el campo, tratando de ocultar sus restos y destruyendo documentación.
[9][8][4][10] En 2020 comienzan a planificarse excavaciones arqueológicas para recuperar la memoria de lo sucedido.
También se recuperaron restos humanos así como otros objetos y enseres, todos ellos depositados en el Museo Arqueológico de Alicante (MARQ).
En la primera intervinieron Enrique Cerdán Tato, Esther López, Amparo Pérez, David Serrano Blanquer y Vicente Marco.
En la segunda mesa redonda intervinieron Diego Morales, Zeika Viñuales, Isidro Benet y Ángel Rubio.
Tuvieron lugar dos mesas redondas, en la primera de ellas se expusieron testimonios sobre el Campo de Albatera en la literatura e intervinieron Enrique Cerdán Tato, Marcos Ana y Christine Diger.