[5] La reina Catalina sufragó gran parte de las obras con dinero de la corona, también muchos fieles contribuyeron con dinero y aportaciones personales para la construcción y que se vieron aumentadas por dos bulas adicionales del papa Benedicto XII, en 1395 en Aviñón, por las que se concedía indulgencia a los que dieran limosna para su construcción.
[6] La primitiva iglesia era rectangular, dividida en tres naves, y como era costumbre por aquel entonces orientada al este.
La segunda inscripción está en la columna que separa el altar mayor y la capilla de la Consolación:
[9] También contribuyeron a sufragar los gastos de las obras las bulas otorgadas por los papas Clemente VII y Benedicto XIII, para los que diesen limosna para las obras y además el papa Martín V en 1425 donó 500 florines de oro y emitió una bula 1424 como sus antecesores.
Sus restos permanecieron allí, en contra del deseo expresado en su testamento de ser trasladada a Ujué,[10][11] y se olvidó su ubicación hasta que la tumba fue descubierta durante unas obras de restauración en 1994.
[15][16] El monumento ha sido restaurado en varias ocasiones, la fachada de la iglesia en 1927, el claustro en 1929, 1954 y 1976.
Al cuerpo original se le añadió una nave con un crucero y un ábside con dos capillas laterales.
Hay una pintura mural en el ala sur aparecida en la restauración del año 1997 de san Cristóbal con el niño Jesús a cuestas.
Merece especial mención la nueva entrada al templo, abierta al norte de la nave del crucero, que está catalogada como bien de interés cultural por sí misma.
El tímpano está rodeado por cinco arquivoltas, que desde el exterior al interior, representan: El dintel de la puerta compuesto de tres losas, faltando la central, que representaba el juicio final.
La placa de la izquierda representa el paraíso, en cuya puerta san Pedro recibe a una persona.
De planta casi cuadrada, está adosado a la iglesia en el ala sur, con la que se comunica por una puerta.
Las columnas tienen fustes asemejan dos cilindros unidos por un bisel en una sola pieza que soportan los capiteles labrados.
En el cuerpo superior hoy desaparecido había un sobreclaustro, construido posteriormente en tiempos de los Reyes Católicos.
Los capiteles representan diversos motivos que en su mayoría pueden agruparse en los ámbitos: modos de vida, naturaleza, alegorías religiosas y criaturas míticas, temas bíblicos y heráldica.
Aparecen las actividades tanto religiosas como cotidianas que se realizaban en el convento.
El pueblo llano se representa en escenas de las labores del campo y demás actividades de la vida cotidiana como cocinando, en el mercado, haciendo ofrendas a los monjes o en fiestas taurinas.
Entre los motivos vegetales se representan plantas, hojas, frutos y sobre todo árboles de diversos tipos.