Lorenzo Galíndez de Carvajal

En 1504 moría la reina Isabel dejando dispuesto en su testamento la confección de un cuerpo legal único que agrupase las leyes que hasta entonces habían estado dispersas en distintos códigos: el Fuero Viejo, el Fuero Real de Alfonso X, las Partidas del mismo rey, el Ordenamiento de Alcalá de 1348, la multitud de disposiciones tomadas en casi cien Cortes celebradas en los 250 años anteriores y las pragmáticas, ordenanzas y reglamentos promulgados independientemente.

«Un zarzal de donde difícilmente se podría desenredar el más astuto»,[5]​ cuya recopilación y composición le fue encargada a Carvajal, aunque su obra nunca llegó a darse a la imprenta: tras su muerte, en sucesivas Cortes de Valladolid se encargó su redacción a Pedro López de Alcócer, Hernando de Guevara y Diego Escudero, que fallecieron antes de ver completada su obra, en las de 1544 se solicitó la publicación de la realizada por Carvajal, pero finalmente fue la que compuso Gregorio López la que salió a la luz en 1555.

[6]​[7]​ En 1505 intervino en las cortes celebradas en Toro en las que fueron promulgadas las leyes de Toro; el año siguiente llegaban a la península Felipe de Borgoña y Juana I de Castilla para tomar posesión del reino de Castilla; en junio, el primero firmaba con el rey Fernando la Concordia de Villafáfila, por la que éste se retiraba a Aragón, dejando Castilla a la pareja.

Sin embargo Felipe fallecía tres meses después, y los grandes del reino, reunidos en Torquemada, decidieron que Fernando regresase para tomar provisionalmente las riendas de Castilla hasta la llegada de su nieto Carlos; en el ínterin, una junta compuesta por el cardenal Cisneros, el presidente de Castilla Alonso Suárez de la Fuente del Sauce, y los consejeros Carvajal, Oropesa, Tello, Mújica y Polanco se hizo cargo de la administración de justicia.

Esta pequeña comitiva solicitó ayuda al consejero para abogar por los intereses de Hernán Cortés en la contienda contra Diego Velázquez de Cuéllar por obtener el derecho a gobernar los territorios recién conquistados de lo que sería la Nueva España; Galíndez decidió ayudarlos consiguiendo la entrevista con Carlos I, y apoyándolos ante el Consejo de Castilla.

Los Reyes Católicos Fernando e Isabel .
España en 1500.