Una vez concluido el Congreso Admirable, se había sancionado una nueva constitución en mayo de 1830 y se había elegido presidente al rico terrateniente Joaquín Mosquera y vicepresidente al militar de vieja data, Domingo Caycedo, no sin una considerable oposición.
La naval resultó favorable al Perú, que bloqueó la costa del Pacífico de la Gran Colombia y ocupó Guayaquil, mientras que la terrestre resultó favorable a la Gran Colombia, en la cual el encuentro más relevante fue la batalla de Tarqui, aunque sin producirse la capitulación definitiva del Ejército Peruano.
Fue el último congreso de la Gran Colombia, el cual fue llamado Congreso Admirable por Simón Bolívar al estar conformado por los hombres más laureados de la Gran Colombia.
Bolívar pide poderes dictatoriales al Congreso para entrevistarse con Páez en Mérida y remediar la crisis pero son denegados.
Luego el Congreso eligió presidente del país al protegido de Bolívar, Joaquín Mosquera y su vicepresidente Caycedo.
El problema escaló y el 18 de mayo de 1830 se insubordinaron en Bogotá dos batallones: Granaderos y Húsares de Apure, compuestos por soldados venezolanos, además por todo el país se reanudó agitación y revueltasː varias provincias se negaron a reconocer la nueva constitución, incluso algunas regiones habían pedido su anexión a naciones vecinas o proyectos separatistas.
[26] El presidente Mosquera no se mostró como un gobernante apto y perdió todo apoyo.
Popular es la frase que, en una carta íntima, le transmitió Bolívar desde Barranquilla en 1830, poco antes de su muerte: «El no habernos reconciliado con Santander nos ha perjudica a todos».
Muerto Bolívar, Urdaneta propuso se convocase al pueblo para decidir sobre el Gobierno.
[27] Entre tanto, el general Murgueitio, jefe militar de Cauca, había organizado 400 milicianos en Buga y Cauca y marchaba a unirse con el nuevo general, Pedro Murgueza, que estaba en las cercanías de Palmira.
El jefe militar del departamento, dándose cuenta de la situación, retrocedió a Cartago pero sus milicianos se dispersaron en la retirada.
[30] Entre tanto, Obando y López consiguieron infiltrar agentes en una unidad enemiga, el batallón Cazadores de Bogotá, estableciendo contactos con su comandante, Vicente Bustamente.
Así que decidió aproximarse durante la noche al campamento enemigo, pero su vanguardia, el batallón Cazadores, se dividió en dos partes por orden del capitán Nicolás Maidedo, quien secretamente había conspirado con Obando.
La asamblea allí reunida le pidió al general Moreno liderar un ejército llanero hacia la capital.