Convenio de Apulo

[3]​ Sin verse una solución pronta y aproximándose el caos por el vacío generado, una junta congregada en septiembre de 1830 decidió entregar el poder provisionalmente al general venezolano Rafael Urdaneta, entonces ministro de guerra, mientras se llamaba de urgencia a Simón Bolívar que en aquel momento se encontraba en Santa Marta.

La situación se agravó con el fallecimiento de Simón Bolívar en Santa Marta.

Urdaneta, sin el respaldo de Bolívar y ejerciendo el poder prácticamente contra su voluntad, inició entonces contactos con los sublevados para ponerle fin al conflicto.

El acuerdo fue suscrito por Juan García del Río, José Hilario López, José María del Castillo, Joaquín Posada Gutiérrez, Florencio Jiménez y Pedro Mosquera, en tanto fue avalado por Rafael Urdaneta y Domingo Caicedo.

Como Joaquín Mosquera se hallaba en los Estados Unidos, asumió el mando Domingo Caicedo.