De hecho, Pialí había devastado en 1558 Menorca y junto con el corsario Dragut atacaba frecuentemente las costas del Levante español, por lo que se consideró necesario expulsarlos de la zona.
Cualquiera que intente llegar a algún número concreto, probablemente saque la misma conclusión.
Detalla con precisión lo siguiente: 54 galeras, 7 bergantines, 17 fragatas, 2 galeones, 28 veleros comerciales y 12 barcos pequeños.
Todo esto provisto por la coalición formada por Génova, Nápoles, Sicilia, Florencia, los Estados Pontificios y los Caballeros Hospitalarios.
La flota se reunió en Mesina bajo el mando del almirante genovés Juan Andrea Doria — su tío, el célebre Andrea Doria, colaboró en la organización y murió poco después a los 94 años.
Al parecer, los comandantes tenían distintos pareceres sobre cómo afrontar el ataque, optando unos por guarecerse en la fortaleza, otros por presentar batalla marítima o directamente por la huida.
[16] Según Bosio, Pialí se llevó unos 5000 prisioneros de vuelta a Constantinopla, incluyendo al comandante español, Álvaro de Sande, que tomó el mando al huir el almirante Doria.
Según otras fuentes (Braudel, por ejemplo), Sande lideró una escapada general el 29 de julio pero fue hecho prisionero.
Nada más conocerse la derrota, cundió el pánico en España e Italia, especialmente en Orán, que estuvo cerca de ser desalojado.
A partir de entonces, los turcos no harían sino ceder territorios lentamente, tanto en la costa mediterránea como en el este de Europa, contándose sonadas victorias españolas como el batalla naval del cabo Celidonia y un bombardeo sobre la propia Constantinopla en 1616.