El Cardenal Cisneros era partidario, como lo había sido Alfonso X el Sabio, de conquistar la costa norteafricana, para así impedir los ataques piratas a las costas españolas.
Los defensores del castillo propusieron una tregua hasta el día 13, comprometiéndose a rendir la plaza si no recibieran auxilio del rey de Tlemecén.
La tregua fue aceptada, y al no haber aparecido ninguna tropa mora el 13 de septiembre, salieron los sitiados con sus familias y posesiones, ocupando los españoles el castillo.
Una vez tomadas posiciones en el castillo, vieron los españoles una gran tropa mora que venía en auxilio de la plaza, y que, al verla ya perdida, se dirigió a Orán.
La armada castellana proveyó a los conquistadores de lo necesario para subsistir.