La Comuna gobernó París durante dos meses, estableciendo políticas que tendían hacia un sistema progresista y antirreligioso de su propio supuesto socialismo, que era una mezcla ecléctica de muchas escuelas del siglo XIX.Se calcula que entre 10.000 y 15.000 comuneros murieron en combate o fueron ejecutados rápidamente, aunque una estimación no confirmada de 1876 elevaba la cifra a 20.000.Engels escribió: «Recientemente, el filisteo socialdemócrata se ha llenado una vez más de sano terror ante las palabras: Dictadura del Proletariado.Debido a que París no aceptaba rendirse, la nueva Asamblea Nacional y el gobierno provisional de la República, presidido por Adolphe Thiers, prefirieron instalarse en Versalles y desde ahí doblegar a la población rebelde.Además, se calculan cerca de 40.000 arrestados y miles fueron deportados a campos inhóspitos en Nueva Caledonia.[17] La guerra con Prusia, comenzada por Napoleón III en julio de 1870, se desarrolló desastrosamente para Francia, y en septiembre del mismo año, tras la derrota en la Batalla de Sedán, los diputados republicanos derrocaron el Segundo Imperio y proclamaron la República.La escasez de comida, sumada al constante bombardeo prusiano, llevó a un descontento general.En París, el voto fue mayoritariamente republicano radical, encabezando las listas de diputados Louis Blanc, Víctor Hugo, Léon Gambetta y Giuseppe Garibaldi.[27] Al mismo tiempo que el Comité Central de la Guardia Nacional estaba adoptando una posición cada vez más radical y ganando firmemente autoridad, el gobierno no podía permitirle indefinidamente tener 400 cañones y ametralladoras a su disposición.En Montmartre, cuando su general, Claude Martin Lecomte, les ordenó disparar a una muchedumbre desarmada, le apearon de su caballo.El socialista Auguste Blanqui fue elegido presidente del Consejo, pero esto ocurrió en su ausencia ya que había sido arrestado el 17 de marzo y estuvo retenido en una prisión secreta durante la vida de la Comuna.Las numerosas organizaciones ad hoc establecidas durante el asedio en los barrios («quartiers») para satisfacer las necesidades sociales (cantinas, estaciones de primeros auxilios, etc.) continuaron creciendo y cooperando con la Comuna.Pero un ingrediente vital en el relativo éxito de la Comuna en su etapa fue la iniciativa mostrada por trabajadores sencillos en el dominio público, que se las arreglaron para tomar las responsabilidades de los administradores y especialistas que habían sido evacuados por Thiers.Las redes de calles estrechas que hicieron inexpugnables distritos enteros en revoluciones anteriores habían sido en gran parte reemplazadas con anchos bulevares.Durante la Semana Sangrienta, para frenar el avance del ejército de Versalles, los insurgentes incendiaron varios edificios."[37] La biblioteca Richelieu del Louvre, conectada a las Tullerías, fue igualmente incendiada y completamente destruida.[38] Más tarde defensores de la Comuna declararon que los fuegos habían sido causados por la artillería del ejército francés.Algunos incendios fueron también provocados por razones tácticas, para contrarrestar el avance del ejército gubernamental versallés.La anarquista Louise Michel pronunció el 17 de mayo la siguiente frase: «¡París será nuestro o no existirá jamás!».[50] Este hecho irreparable hace difíciles e incompletas las investigaciones históricas y genealógicas en París.Ya fuera en su papel como profesora o como defensora en las barricadas, la activista logró que se les otorgara a las mujeres una mayor inclusión en la vida de aquel momento, animando perseverantemente a su intervención en el asunto.Pocos comuneros escaparon, principalmente a través de las líneas prusianas hacia el norte.Más tarde muchos fueron juzgados y condenados a muerte, aunque otros muchos fueron ejecutados sumariamente; otros fueron condenados a trabajos forzados o encarcelados en fortalezas penitenciarias en territorio francés; otros más fueron deportados temporalmente o de por vida a unos penales situados en islas francesas del Pacífico.Nunca se ha podido establecer de manera segura el número de muertos durante la Semaine sanglante.Unas 7000 personas fueron deportadas a penales improvisados en Nueva Caledonia,[59][60] como fue el caso de la maestra anarquista Louise Michel que contó todo lo sucedido y como era la vida en la Comuna en su libro "La comuna de París".El 25 de mayo escribió: "Nunca en tiempos civilizados un crimen tan terrible había asolado una gran ciudad...[cita requerida] Según Lissagaray, mientras la Comuna estaba de fiesta y celebrando sus moderadas reformas, Versalles sólo pensaba en «...desangrar a París».A cambio, los delegados de la Comuna aceptaron mantener una actitud legalista y solicitaban fondos que se les concedía tras difíciles negociaciones.[67] Los miembros de la Comuna optaron por no coger los recursos del banco por miedo a que el mundo entero los condenara.Lenin, junto a Marx, consideraban la Comuna un ejemplo real de la dictadura del proletariado.También, los bolcheviques renombraron la nave de combate Sebastopol como Parízhskaya Kommuna en honor a la Comuna.
Soldados del ejército de Versalles atacando una barricada en la
rue de Rivoli
el 24 de mayo de 1871.
Ejecución de comuneros parisinos por las tropas de Versalles.
Prisioneros procedentes de la comuna siendo trasladados a Versalles (extraído de una revista moderna).
El
Ayuntamiento
quemado el 24 de mayo de 1871 por los comuneros para frenar el avance de las tropas de Versalles.
Incendio provocado por miembros de la Comuna el 24 de mayo en el
Palacio de las Tullerías
. Litografía de Léon Sabatier y Albert Adam publicada en 1873.
Incendios provocados por la Comuna durante la noche del 23 al 24 de mayo.