Laicidad

Hasta la 23.ª edición del diccionario, de 2013, recogía «laico» y «laicismo», pero no «laicidad».

[10]​ En el citado artículo Peces-Barba habla del origen religioso de la palabra secularización, cuando se rompió esa unidad religiosa o control de la Iglesia sobre actividades que ahora se van reafirmando como seculares; y lo bien que acogió este proceso moderno tanto las iglesias protestantes como las iglesias francesa y alemana católicas, en contraste con la oposición de los documentos magisteriales católicos del siglo XIX (prácticamente, hasta el Concilio Vaticano II ha habido esta divergencia).

Para sectores cristianos, la laicidad supone superar las tensiones históricas entre poder civil y poder religioso, es decir, no subyugar un aspecto al otro, pues las áreas civiles y religiosas pertenecen igualmente a la persona en su carácter público.

Después sigue expresando: «El Estado y la Iglesia son entidades separadas por la diferencia de sus tareas.

[17]​ Es un término complejo, que fácilmente se puede asimilar a otros como laicismo por unos, y por otros, como se ha dicho, significar una emancipación de la libertad religiosa con respecto al poder civil; hay múltiples formas de entender el término, y por eso es bueno considerar su génesis histórica.

Laico es, en una primera acepción, aquel o aquello que no es clero ni estado religioso.

Cartel del sindicato español CNT en el que defiende una enseñanza laica, científica y racional