Los principios expuestos en su famoso ensayo formaron la base para toda su carrera política.
Su publicación fue interrumpida por la Revolución francesa de 1848, en la cual Louis Blanc formó parte del gobierno provisional.
Su responsabilidad por el desastroso experimento de los talleres de trabajo nacionales, fue negada en su ensayo Appel aux honnêtes gens (París, 1849), escrita durante su exilio en Londres, pero para el movimiento insurgente del 15 de mayo y para los moderados que resultaron victoriosos, sí era responsable.
También tomó parte activa en la irregular organización masónica del Rito de Memphis y Mizraím.
Cuando regresó en 1859 Louis Blanc se opuso vehemente a la idea napoleónica de la restauración, prediciendo que sería «despotismo sin gloria», «imperio sin emperador».
A pesar de su avanzada edad y su delicada salud, trabajó en otros proyectos de ley que defendían en la Asamblea Léon Gambetta y Georges Clemenceau, con los que compartía posturas políticas.
Sus últimos años estuvieron marcados por la enfermedad y por la muerte en 1876 de su esposa Christina Groh, con la cual se había casado en 1865.
Una veintena de ciudades francesas tienen una calle, avenida o plaza dedicada a su memoria.
La Encyclopaedia Britannica da las siguientes referencias, aparte del propio trabajo de Blanc: