En su obra Organisation du travail (Organización del trabajo) (1839), Louis Blanc contemplaba la creación de "talleres sociales" que serían cooperativas de producción para obreros del mismo ramo, pero sin director o "patrón".
Los Talleres Nacionales se estructuran según una organización de tipo militar.
Todo obrero que haga una guardia recibe 2 francos presentando el debido certificado.
Se pasan listas dos veces al día y toda ausencia es penalizada económicamente.
Los obreros más necesitados se benefician diariamente de unos cupones para comprar pan, carne y caldo.
Los Talleres Nacionales fueron víctimas del cambio político que se operó en la primavera de 1848, tras las elecciones generales.
Los notables que habían desaparecido temporalmente reaparecieron y se hicieron con el poder real.
Para ellos los Talleres Nacionales son un pozo financiero y un desastre moral: en palabras del conde de Falloux "una huelga organizada por 170.000 francos al día, a saber 45 millones al año (...), un foco activo de fermentación permanente (...), la alteración más desoladora del carácter tan glorioso y altivo del trabajador".
Al día siguiente se suprime la Comisión del Luxemburgo y la Asamblea Nacional amenaza a Louis Blanc con enjuiciarle.
En paralelo el proyecto del gobierno de nacionalizar los ferrocarriles, lo que permitiría superar la mala voluntad de las compañías privadas para abrir nuevas obras ferroviarias, precipita los acontecimientos.
Marie, miembro de la Comisión Ejecutiva, se niega violentamente a recibir una delegación obrera.