Su territorio abarcaba desde la desembocadura del río Orontes al norte, hasta la bahía de Haifa al sur, comprendiendo áreas de los actuales Israel, Siria y Líbano, una región denominada antiguamente Canaán, con cuya denominación se engloba muy a menudo en las fuentes.El territorio, montañoso y poco apto para la agricultura (aunque se esforzaron por sacarle provecho) orientó a sus habitantes hacia las actividades marítimas.El nombre étnico que se otorgaban los fenicios a sí mismos era 𐤊𐤍𐤏𐤍𐤉 (kenaʿani, «canaaneos») o 𐤁𐤍 𐤊𐤍𐤏𐤍 (bin kenaʿan, «hijos de Canaán»), que coincide con el pueblo cananeo citado en la Biblia.[4] De phoíniks derivó el término «fenicio», que se aplica más bien a los descendientes de los cananeos que habitaban en la franja costera desde Dor (actual Israel) hasta Arados o Arwad (actual Siria), entre el siglo XIII a. C. y la conquista musulmana.No obstante, Según Krahmalkov, el término phoíniks puede fácilmente ser una etimología popular derivada del etnónimo pōnīm, gentilicio de Pūt.[5] La cultura fenicia es una civilización antigua que no dejó firmes huellas físicas de su existencia.[8] Introdujeron o animaron la expansión de la viticultura y la producción de vino en varios países que siguen elaborando variedades aptas para el mercado internacional, como el Líbano, Argelia, Túnez, Egipto, Grecia, Italia, España o Portugal.Incluso se suponía que las limitaciones inherentes a la navegación primitiva (evitación de la navegación nocturna) impedirían singladuras muy superiores a los 60 km, aunque se ha comprobado que recorrían distancias mucho mayores sin tocar puerto.La colonización fenicia fue un fenómeno comercial y poblador localizado en puertos de fácil defensa, penínsulas o islas cercanas a la costa, sin conquistas territoriales en el interior.En las islas del Mediterráneo occidental, Iboshim o Eubussus (Ibiza), Nora (Nurri), Sulcis, Tharros (San Giovanni di Sinis), Bithia y Olbia (Cerdeña), Motia (Sicilia) y Malta; en las del mediterráneo oriental Kition (Chipre).Es más discutido, en cuanto a si se trataban de asentamientos fenicios o bien pertenecientes a Tartessos con una fuerte influencia fenicia debido al importante comercio entre ambos, lugares como por ejemplo Onuba (Huelva), Abul (Alcacer do Sal) y quizás Olissipo (Lisboa).Se ha señalado como rasgo propio de las colonias sidonias en la península ibérica sus topónimos con la terminación -ipo (Baicipo, Dipo, Acinipo, Lacipo, Iripo, Oripo, Ostipo, Sisipo, Ventipo, Olisipo).[17] El pueblo fenicio contribuyó a crear un importante vínculo entre las civilizaciones mediterráneas y más aún entre las formas artísticas del mundo antiguo, por imitación, fusión y difusión de ellas, aunque no se le considere como creador original de una gran cultura propia.Sus producciones fueron más artesanales que artísticas, y en sus esculturas, cerámicas, joyas y objetos de metal domina la influencia egipcia desde el siglo X a. C. (que es la fecha más antigua que se suele asignar al arte fenicio), con elementos asirios, hasta llegar al siglo VII a. C. Sin embargo, a partir de entonces predomina la influencia griega, llegando a veces a confundirse sus producciones con las griegas, como se confunden las anteriores al siglo X a. C. con las asirias y egipcias.A estos ideogramas se les asignaba un valor fonético de acuerdo al nombre, en idioma fenicio, del animal u objeto representado; este alfabeto solo contenía consonantes, veintidós en total.Los hebreos también adoptaron el alfabeto fenicio, aunque dada la similitud de sus lenguas y la mutua influencia por su cercanía geográfica hubo una menor modificación que por los griegos.Su nombre es más bien una designación geográfico-cultural y hace referencia a una serie de ciudades-estados surgidas paulatinamente desde el III milenio a. C., unidades políticas autónomas con gobierno propio.[21] Teniendo inicialmente gobiernos monárquicos en cada ciudad, con el paso del tiempo esta estructura política se vería modificada por el inmenso desarrollo económico alcanzado por las ciudades fenicias (obra tanto de particulares como del Estado).Se asimiló en otras culturas con nombres diferentes, como por ejemplo la Afrodita de los griegos, la Venus romana o la Isis egipcia.Contaba con varios templos distribuidos por toda la costa mediterránea, desde del Líbano hasta España.Alcanzó en el Antiguo Egipto, a partir del Imperio Nuevo, una gran veneración cuando Amenofis II lo adoptó como genio protector, asimilándolo con Montu, el dios egipcio de la guerra, y asociándolo a Astarté.En diversos restos arqueológicos, entre los que destacan las monedas, se le representa a menudo cabalgando en un hipocampo.Cada día seguía a la esquiva Astarté hasta que él la encontraba en un punto remoto de Occidente y se esposaban.Bes era el dios protector de la infancia,[24] la vida y la casa, importado desde Egipto.Del texto recibido de los Setenta parece que también tenía pies, aunque la edición Swete da a este punto una lectura diferente.Algunos especialistas, sin embargo, no dan valor a estos datos, y consideran que Dagón era el dios de la agricultura.Su opinión está basada en la siguiente afirmación filo bíblica: "Dagón, es decir, 'espiga' [la palabra hebrea para espiga es dagan].Se sabe por la Biblia que la deidad tenía templos en Gaza (Jueces, 16, 21, 23) y Asdod (I Samuel 5, 1-7).Los acuerdos detallados para devolver el Arca (1 Samuel 5; 6) pueden haber estado inspirados más por las circunstancias que por cualquier ceremonia del culto a Dagón.El significado de Paam no es otro que «falo» y en honor a él se realizaba la prostitución ritual, muy corriente entre los fenicios y otras culturas antiguas, que se llevaba a cabo con fines profilácticos.
Mapa de las principales rutas comerciales usadas por los fenicios