Un árbol es una planta de tallo leñoso que se ramifica a cierta altura del suelo.
[8] Las plantas leñosas que no reúnen estas características por tener varios troncos o por ser de pequeño tamaño son consideradas arbustos.
Los arbustos son más pequeños y no tienen un único tallo sino que están formados por varios.
[14][15][16] Las raíces aéreas son más raras dentro de los árboles, pero se dan en algunas especies que viven en entornos pantanosos, por ejemplo el mangle (Rhizophora).
Está formado por una capa exterior, la corteza, de espesor y color variables, que sirve para proteger el tejido vivo del árbol.
Por ejemplo, el haya común la tiene gris y lisa hasta edades muy avanzadas; el pino piñonero de color pardo gris o pardo rojizo, forma surcos oscuros y grandes planchas como escamas; y el olmo común de color pardo gris, cuarteado por grietas, tanto horizontales como transversales.
Los anillos anchos se generan durante los años en que los factores ambientales no han afectado adversamente su crecimiento.
La copa adopta formas diversas, según las especies, distinguiéndose básicamente tres tipos: la alargada y vertical, la redondeada o la que se extiende de manera horizontal, como si fuera una sombrilla.
A través de las hojas el árbol realiza la fotosíntesis y por lo tanto debe alimentarse.
Luego el azúcar se transforma en celulosa, que es la materia prima de la madera.
Los árboles, como las coníferas, son gimnospermas y se caracterizan por portar estructuras reproductivas llamadas conos, pero la mayoría de las especies son angiospermas, por lo que poseen órganos reproductivos en forma de flor.
En algunas especies las flores surgen aisladas (magnolias), en otras se agrupan formando ramilletes llamados inflorescencias.
No todos los árboles tienen flores completas, con órganos reproductores masculinos y femeninos en el mismo árbol (monoicos), como los abedules, nogales, robles); en algunas especies, cada ejemplar posee flores de un solo sexo (dioicos), como el gingko.
Los árboles más longevos son las secuoyas, que pueden llegar a vivir 2000-3000 años.
Le siguen algunas especies pináceas propias de la alta montaña y el drago canario.
La determinación exacta solo es posible para árboles que producen anillos de crecimiento, generalmente en climas con estaciones diferenciadas.
[24] Hay árboles por todo el mundo, siendo particularmente ricas en diversidad de especies arbóreas las franjas tropicales.
Varios biotopos se definen en gran medida por los árboles que los habitan, como por ejemplo el bosque templado de caducifolios.
En los monopódicos el crecimiento en longitud se basa en un tallo principal vertical del que salen, con ángulos marcados, ramas laterales subordinadas, de menor grosor.
Las copas de estos árboles suelen ser más esféricas o cilíndricas y menos piramidales.
En inglés, pero habitualmente no en castellano, se trata de árboles a las palmeras (palm trees).
Los árboles más antiguos eran helechos arborescentes, equisetáceas y licofitas, que crecieron en bosques en el período carbonífero; aún sobreviven helechos arborescentes, pero las únicas equisetáceas y licofitas que quedan no tienen forma de árbol.
La mayor parte de las especies actuales son plantas con flor (angiospermas) y coníferas.
Se llama dendrología al estudio de los árboles en aquello que les es propio como tales, y silvicultura al estudio científico y la práctica de su cuidado o cultivo, del que se ocupan los ingenieros forestales.
Dos árboles míticos o simbólicos mencionados por primera vez en la Biblia en el libro del Génesis.
Los antiguos sajones tenían también un árbol sagrado, Irminsul, que Carlomagno ordenó destruir cuando los atacó.
Se debe en parte a la sobreexplotación que padecen, por ejemplo las selvas tropicales, pero también a los incendios forestales, la mayor parte de los cuales son producidos por el hombre, bien de forma intencionada, bien por negligencia.
Las consecuencias negativas son: la pérdida de hábitats para diversas especies animales y vegetales, la erosión, al dejar el terreno libre a la acción desecante del viento y la libre circulación de las aguas, lo que provoca que se pierda la capa fértil de suelo y ocasiona que el terreno se vaya desertificando.
También hay riesgos naturales que amenazan los bosques, como el fuego, las plagas de insectos y enfermedades.