[2][3] El drago posee un alto valor simbólico y cultural en las islas Canarias, teniendo también un gran atractivo como planta ornamental.
Las flores, que surgen en racimos terminales, son de color blanco.
Los frutos carnosos, de entre 1 a 1,5 cm, son redondos y anaranjados.
En Canarias crece en riscos, acantilados y laderas inaccesibles de los barrancos, entre los 30 a 800 m s. n. m., en los dominios del bosque termófilo y zonas altas del tabaibal-cardonal donde reciba el influjo de los vientos alisios.
Se halla en las islas de El Hierro, La Palma, La Gomera, Tenerife y Gran Canaria, aunque estudios modernos solo la consideran nativa de las dos últimas, habiendo sido introducida desde época temprana en el resto.
Se lo considera extinto en Porto Santo, donde Philip Barker Webb y Sabin Berthelot vieron un único superviviente en 1828.
[12][8] El taxón fue descrito y publicado originalmente como Asparagus draco por el naturalista sueco Carlos Linneo en Species Plantarum en el año 1762.
[13][14] Presenta los siguientes sinónimos:[16] D. draco ha sido utilizada históricamente por el ser humano para diversos usos.
[cita requerida] En la Antigua Roma y en la Edad Media también era considerado un árbol mágico.