La propaganda, por lo tanto, puede ser usada como un «arma de guerra» en la lucha ideológica o comercial.[4][5] Mientras que el término «propaganda» ha adquirido en algunos casos una connotación sumamente negativa debido a los ejemplos de su uso más manipulador y chauvinista (por ejemplo, la propaganda nazi para justificar el Holocausto), el sentido original de la palabra era neutro.[5] Cuando la propaganda tiene como fin el promover el consumo y las ventas de bienes o servicios, es llamada publicidad.Debido a que este último campo de la actividad informativa es muy amplio y extendido, generalmente se prefiere darle al término propaganda un significado más restringido a los ámbitos ideológico, político o religioso.La institución fue rebautizada en 1982 y hoy se llama Congregación para la Evangelización de los Pueblos (Congregatio pro Gentium Evangelisatione).Siendo conocida mucho antes en la India y China, la propaganda en Europa tiene sus inicios escritos ya en inscripciones de mensajes publicitarios entre los comerciantes griegos.[9] El periodista Walter Lippmann y el relacionista público Edward Bernays fueron los responsables de orquestar la primera campaña antialemana en Estados Unidos para que el pueblo estadounidense diese su visto bueno a la entrada de este país en la contienda.Durante la Alemania Nazi, Adolf Hitler buscó modificar el sentido peyorativo que había adquirido el término propaganda en los años posteriores a la Primera Guerra Mundial.En este sentido, su primera acción propagandística consistió en imbuir en el pueblo alemán un concepto positivo de la propaganda.También tuvo otras técnicas y métodos como el de hacer esperar al público alemán por las noticias en tiempos de victoria para crear un fuerte suspenso y hacer que cuando recibieran las buenas noticias, la alegría sería más duradera.El uso de la propaganda gris lo llevará a cabo especialmente fuera del territorio, sobre todo en la URSS y Europa del Este, donde se emitirán noticias y programas de entretenimiento en los que se insertarán mensajes correspondientes a la ideología estadounidense.Pero los soviéticos, en el marco de su sistema estatalista, emplearon también la escuela como medio en el que desplegar su propaganda anti-americana.Desde ambos sectores del conflicto se introdujo la llamada propaganda negra, sobre todo en periodos de crisis.[17] A su turno, plataformas sociales como Facebook, Instagram, TikTok o Twitter fueron bloqueadas por parte del gobierno ruso para evitar que los mensajes de Occidente pudieran ser transmitidos en Rusia.La meta de la propaganda es aumentar el apoyo (o el rechazo) a una cierta posición, antes que presentarla simplemente en sus pros y sus contras.[18] Su planteamiento consiste en utilizar una información presentada y difundida masivamente con la intención de apoyar una determinada opinión ideológica o política.En el caso del discurso pedagógico, este presenta el problema desde diversos puntos de vista que permiten al receptor formarse un criterio propio.En cambio, la propaganda se repliega en un solo punto de vista que tiende hacia el dogmatismo.Son las grandes empresas y expertos publicitarios los que hoy en día organizan las campañas electorales de los políticos en sus más mínimos detalles.No es necesariamente así en otras lenguas, y el uso del término puede llevar a malentendidos con gente de otros idiomas.Por ejemplo, en Brasil y algunos países hispanoamericanos, el término propaganda fue adoptado como sinónimo de publicidad comercial.[7] No obstante, en la actualidad la frontera entre ambos términos se vuelve difusa debido a la convergencia de intereses entre las grandes empresas y partidos políticos.Un filme o programa televisivo propagandístico es aquel cuyo fin es el de utilizar la fuerza de estos medios para influenciar en la opinión del espectador y convencerlo para apoyar una causa determinada, como podría ser en el campo político o religioso.Esta producción fue solicitada por el mismísimo Adolf Hitler y en ella se mostraba el congreso del Partido Nacionalista de 1934 en Núremberg.[23] La propaganda nazi no solo se limitaba a documentales o películas, incluía medio como carteles y libros.TVE fue el medio propagandístico más potente que el régimen franquista utilizó para transformar la realidad de manera favorable y hacerla llegar a la población.