«La Pirenaica» fue la más importante en su momento entre las emisoras «clandestinas», las cuales, a diferencia de las emisoras de radio oficiales que transmiten en diversos idiomas para el exterior, no hacen público desde qué punto o país emiten.
A partir de 1960 se la dota de mejores medios técnicos para ampliar su cobertura y neutralizar las interferencias causadas por las autoridades franquistas.
Es en esta época cuando se comienzan a utilizar técnicas como la grabación en cinta de los programas y su emisión a ciertas horas y en ciertas frecuencias que podían ir variando, (denominadas por REI como «ondas volantes») y así evitar a los emisores que, desde el interior de España, interferían con ruido en sus frecuencias fijas.
A todo este material escrito hay que añadir algunos programas de especial interés que se conservan grabados, así como alocuciones de Dolores Ibarruri, Santiago Carrillo, Gregorio López Raimundo, Irene Lewy Rodríguez (Irene Falcón y otros dirigentes comunistas, entrevistas con personalidades muy diversas del mundo intelectual desde Rafael Alberti a Joan Manuel Serrat o desde Angela Davis a Mikis Theodorakis y, finalmente, reportajes en directo realizados tanto en España como entre los emigrantes españoles que trabajaban en toda Europa y que fueron siempre oyentes asiduos de la Pirenaica.
La muerte de Franco significó el reforzamiento de esta tendencia y se adaptó a la nueva situación bajo la monarquía constitucional, según las decisiones que desde su vuelta a España tomaba el Partido Comunista de Santiago Carrillo.