Estar casado con una mujer clasificada por las leyes raciales como «aria», le permitió sobrevivir en la Alemania nazi.Tras la guerra, se integró plenamente en el régimen comunista de la RDA (Alemania del Este), desempeñando cargos políticos.Después de esta experiencia se enroló como voluntario en el ejército alemán y participó en la Primera Guerra Mundial donde recibió la Medalla al Servicio.En esta universidad mantuvo un estrecho contacto con Karl Vossler, lo que influirá en su vocación de romanista.Su matrimonio con una mujer no judía, Eva Schlemmer, le permitió ir esquivando las deportaciones, aunque recibió frecuentes visitas por parte de la Gestapo.Su mujer le acompañó en todo momento y salvó sus Diarios al ocultarlos en la casa de una amiga.[2] La película La langue ne ment pas (La lengua no miente) relata su diarios en forma de documental.Este ejemplar se perdió durante el incendio provocado por el bombardeo de Dresde en el año 1945.